El ministro de Economía, Luis Caputo, disertó este miércoles en la Conferencia Anual de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), realizada en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, donde expuso ante empresarios, especialistas y académicos las estrategias que analiza el equipo económico para cumplir con los próximos compromisos de deuda y por qué espera que haya un proceso de fortalecimiento en las reservas del Banco Central.
Entre las opciones para afrontar los vencimientos que vienen, entre los que se encuentra un pago de USD 4.500 millones a bonistas privados en enero, Caputo enumeró el swap vigente con China, el acuerdo de monedas con Estados Unidos, las negociaciones con los bancos internacionales para conformar un préstamo y operaciones con bonos a corto plazo, lo que permite instrumentar operaciones de manejo de pasivos. No precisó si esa última opción se trataría de un canje o una recompra.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA)concretó en las últimas semanas operaciones de swap de monedas con el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos para restituir dólares previamente utilizados en el mercado cambiario antes de las recientes elecciones de medio término y para efectuar el pago más reciente a lFondo Monetario Internacional (FMI). Así lo había confirmado el viernes Infobae en exclusiva a partir de fuentes con conocimiento directo de la operatoria, quienes solicitaron anonimato debido a la confidencialidad de las transacciones.
El monto involucrado en el acuerdo de estabilización cambiaria entre el BCRA y el Tesoro estadounidense alcanza cerca de USD 2.800 millones, dentro del límite máximo oficializado a finales de octubre, que asciende a USD 20.000 millones, según las mismas fuentes. No se informaron detalles sobre la tasa de interés aplicable, de existir, ni sobre los plazos previstos para la devolución de los fondos.
El swap chino había sido activado durante la gestión de Alberto Fernández en 2023, por un monto de casi USD 5.000 millones. El secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, había aclarado durante la visita del presidente Javier Milei a la Casa Blanca que no le pidió la Argentina terminar el swap con China a cambio de respaldo financiero, pero sí apuntó a bases militares y centros de observación.
Según destacó Caputo, “para nosotros siempre fue un punto central del programa comprar reservas”. Remarcó que, aunque en los últimos veinte meses se alcanzaron cifras récord, “una parte considerable se fue porque cancelamos deuda”. Explicó que, desde la mirada oficial, las reservas netas del Banco Central presentan un saldo positivo de USD 1.500 millones, ya que el Tesoro nacional absorbió la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) - que desembolsó USD 14.000 millones frescos desde abril- y recapitalizó la autoridad monetaria. “La deuda con el fondo la tiene el Tesoro y el Tesoro es el que recapitalizó el Banco Central”, afirmó el ministro.
Caputo cuestionó la rigidez de la meta de USD 9.000 millones establecida previamente en el acuerdo con el FMI, al explicar que ese objetivo respondía a pagos inminentes, como el vencimiento de USD 4.500 millones en bonos en enero, USD 1.000 millones en Bopreales y otras obligaciones con organismos multilaterales. “La mayoría de lo que era esa meta venía por el lado financiero”, analizó Caputo, aunque subrayó que el escenario cambió tras el resultado electoral y el respaldo financiero que ofreció Estados Unidos.
“Si mañana viniera Sam Altman con una inversión de USD 25.000 millones en inteligencia artificial y nos los vendiera mañana, eso nos obligaría a emitir 35 billones de pesos, que la sociedad no demandaría”
Durante su exposición, Caputo expresó: “Hemos logrado separar lo financiero de lo monetario. La acumulación de reservas la vemos ya hoy para fortalecer cada vez más el balance del Banco Central. No es que tengamos que comprar reservas para pagar el cupón de enero, eso lo estamos resolviendo financieramente”. El ministro indicó un menú de herramientas a disposición para honrar los próximos compromisos: el swap vigente con China, la asistencia estadounidense, gestiones con bancos internacionales y mecanismos provistos por el propio mercado, como la operación de bonos a corto plazo, lo que permite instrumentar operaciones de manejo de pasivos.
Según relató Caputo, “hemos tenido fondos e incluso empresarios locales interesándose en realizar colocaciones o alternativas de manejo de pasivos”. Explicó que este abanico garantiza respaldo y solvencia para los próximos pagos. Agregó que los swaps y negociaciones anteriores ya aseguraron los vencimientos, pero el objetivo es cumplirlos con recursos propios siempre que sea posible, explorando todas las alternativas disponibles con los actores del sistema financiero.
El ministro enfatizó que recomponer reservas es una prioridad inmediata, pero aclaró: “Ahora no por el hecho de que tengamos que usarlas para pagar, como venimos haciendo en los últimos veinte meses, sino para fortalecer cada vez más el balance del Banco Central”. Caputo advirtió la importancia de acompañar la recomposición con los “agregados monetarios”, evitando fórmulas de excesiva esterilización que llevaron a esquemas como las “bolas de Lebac o Leliq”.
“Ahora no por el hecho de que tengamos que usarlas para pagar, como venimos haciendo en los últimos veinte meses, sino para fortalecer cada vez más el balance del Banco Central”
Durante la presentación, recurrió a una comparación: “Si mañana viniera Sam Altman con una inversión de USD 25.000 millones en inteligencia artificial y nos los vendiera mañana, eso nos obligaría a emitir 35 billones de pesos, que la sociedad no demandaría”. El funcionario subrayó el objetivo de evitar que un ingreso abrupto de divisas se transforme en un crecimiento desordenado de los pasivos cuasi fiscales.
Caputo propuso recuperar reservas de manera gradual y vinculada al proceso de remonetización de la economía. Señaló que el bajo nivel actual de agregados monetarios presenta margen de maniobra. Sugirió analizar distintas combinaciones de “roll over” de deuda en pesos y su potencial incidencia en la acumulación de reservas. Justificó: “La razón por la que queremos hacerlo inteligentemente contra demanda de dinero es para no volver a situaciones de bolas de Lebac o Leliq”.
En cuanto a la cuestión del activo refugio (“safe asset”), Caputo explicó que en países desarrollados, como Estados Unidos, ese rol lo cumplen las letras del Tesoro a corto plazo, lo que facilita la baja de tasas y estabiliza el sistema financiero. En la Argentina, consideró que “el safe asset es el dólar”, lo que produce el efecto contrario: “El tipo de cambio funciona como un desestabilizador automático, porque al subir el dólar suben las tasas, la gente se retrae y la economía cae”.
Caputo advirtió sobre la vulnerabilidad de Argentina ante “shocks frecuentes” de origen político o económico, lo que justifica “el esquema de bandas de flotación cambiaria” frente a la opción de flotación libre. Según su diagnóstico, esta herramienta otorga certidumbre y baja volatilidad en los activos financieros, la inflación y el tipo de cambio. Este contexto, según el ministro, favorecerá la capacidad del Banco Central de acumular reservas en un marco de crecimiento económico ordenado, acompañado por la remonetización y la consolidación fiscal y monetaria.
A modo de conclusión, Caputo valoró que la mayor certidumbre, la reducción de la volatilidad en los activos y el tipo de cambio, así como menores oscilaciones en la inflación, permitirán “comprar más reservas de las que probablemente el mercado pueda imaginar, gracias a una remonetización que tiene todo para volver a niveles más normales”.



