Por Rosario Romero*

El Ptuma se presentó en sociedad a los paranaenses el 5 de agosto de 2010, tras la propaganda que se hizo de la firma de un convenio para tales efectos entre el ex ministro de Planificación del gobierno provincial, Guillermo Federik, Carlos Molina y el secretario de Transporte de la Nación, Juan Pablo Schiavi. En dicha propaganda, el hoy devenido secretario de la Municipalidad de Paraná, Federik, presumía de los estudios, programas y proyectos que iban a realizarse para generar un Plan Integral de Transporte y Movilidad para el “Gran Paraná” y el “Gran Santa Fe”. La inversión consistía en la toma de un crédito por parte del gobierno nacional de 3 millones de pesos; los estudios iban a comenzar a 45 días de la firma de aquel convenio ya que los fondos llegarían hacia fines del 2010, y para antes de finalizar la gestión (diciembre 2011) tendrían listo el Plan.

No tuvo suerte el renunciado concejal Guillermo Federik, y sus declaraciones sonaron desafortunadas cuando en enero del 2011 y tras la aparente “sequía” de fondos nacionales, arremetió nuevamente con el Ptuma cuestionando que la Municipalidad de Paraná “no creyera” en sus bondades y, sobre todo, en su celeridad para concretar proyectos. Para entonces, el 16 de enero de aquel año, decía que los estudios iban a iniciarse en febrero y que estarían listos para septiembre, ya que debían preparar una licitación internacional.

El cuento se extendía entonces casi un año (de febrero a septiembre), mientras llevaba ya 6 meses de retrasos (desde su anuncio de agosto).

La suerte del funcionario no cambió, y el 8 de junio de 2011 propalaba desde la página del Gobierno Provincial, que “los estudios comenzarían en los próximos días”, aunque esta vez no se iban a licitar, sino que los iban a realizar “en un esfuerzo conjunto”, la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER).

Siguiendo a Esopo, La Fontaine y a los hermanos Grimm, el funcionario fabuló nuevamente en diciembre del 2011; anunciando que en abril (2012) se iba a realizar la licitación, ya en el ámbito de la Municipalidad. Ayer volvió a anunciar que comenzarían los estudios…. ¡en marzo! Ahora nuevamente, anunció una licitación.

Entonces, a pesar de que se lo anunció en por lo menos 5 oportunidades (tal como es su costumbre respecto de inexistentes obras), a esta altura no sabemos si el Ptuma realmente existe o si los prometidos 3 millones de pesos alguna vez se posarán en estas tierras.

Estamos acostumbrados a los anuncios de Federik, al punto que ya forman parte de una suerte de liturgia oficialista, por la pomposidad de su propaganda. Lástima que se nos vienen posponiendo tales magníficos avances como producto de la inefable “mala suerte”, ya que en 4 años no ha habido ni una sola explicación que contraste la cantidad de anuncios con la cantidad de obras: el estacionamiento bajo la plaza de Casa de Gobierno, el Hospital de Paraná, la Casa de la Cultura, el Edificio de la Nueva Legislatura, la Autovía de la Ruta 18, el Puente Paraná – Santa Fe, y ahora… la Terminal de Colectivos en la Estación de Trenes, el Estadio Único y, nuevamente, el Ptuma.

Lo cierto es que ni Federik, ni siquiera Schiavi, pueden esconder los colectivos nuevos que fueron incorporados a la flota del servicio público en cuestión y que hoy circulan por Paraná, en la mayor inversión de los últimos 20 años.

Pero, aunque el Ptuma exista, o se lo siga anunciando, tenemos que preguntarnos si realmente conviene esperarlo con las ansias que propone el Arquitecto, habida cuenta que la política de transporte de la tríada “Schiavi -Cirigliano- Jaime” ha generado demasiadas perdidas de vidas humanas, en hechos tan lamentables como evitables. Si ese el es modelo propuesto, los paranaenses podríamos decir: no gracias.

Sobre el valioso estudio realizado por la firma Logitrans, el mismo puede ser usado o no por las actuales autoridades, pero lo que nadie puede negar es que dicha empresa ha sido consultora de muchas ciudades en el mundo, y que, precisamente, proviene de la experiencia que los brasileños han realizado en mejora de su sistema de transporte, ponderado por expertos en la materia. Malversación será – sin dudas- desaprovechar un trabajo por el cual el estado municipal pagó una pequeña suma, al lado de la que saldría hoy cualquier otro estudio.

Con relación a la crítica de Federik sobre el “mandapeatón”, le recuerdo que dicha obra fue emprendida por ofrecimiento del Gobierno Nacional y se diseñó conforme requerimientos de las llamadas “obras del bicentenario”. La única razón de las demoras, fue el enorme retraso de los fondos para su realización, que aportaba el gobierno nacional, remitiéndolos al gobierno provincial y éste a municipios. De Federik dependía -entre otros- ese cumplimiento, que se produjo tarde y mal, como consecuencia de lo cual debió la Municipalidad de Paraná afrontar su culminación y cubrir los costos. Mal puede criticar uno de los actores fundamentales de tal contratación, que intervino en la selección de los proyectos ya que propusimos 25 intervenciones en áreas históricas, de las cuales él como ministro de la provincia eligió éstas de las que hoy reniega, intervino en la concreción del pedido de fondos y luego, al distanciarnos políticamente, pasó lo que no debía pasar, porque a veces no se comprende que se gobierna para todos, no para la parcialidad que nos simpatiza.

Es insoportable la mentira sobre las obras del Bicentenario. No había más que cumplimentarlas en cascos históricos y bajo determinadas características, se hizo dentro de ese margen. Lo cierto es que la gente disfruta las obras, como la plaza, sus fuentes y la extensión de la peatonal. Por eso es que el ex ministro y ex concejal se encuentra extraviado en sus apreciaciones.

Esperemos que esta fábula también nos deje moraleja…

* Diputada provincial, ex secretaria de Planificación e Infraestructura de la Municipalidad de Paraná.

(Foto: Portal Ferroviario de Entre Ríos)