
La lluvia caída durante el viernes y gran parte del sábado dejó en pésimas condiciones al Libertadores de América. Y aunque Independiente insistió, no logró convencer a Pablo Lunati ni tampoco a Vélez, ya que el árbitro le pidió a ambos planteles que recorrieran el campo de juego y los jugadores del Fortín se mantuvieron firmes: no se podía jugar. Y el árbitro les dio la derecha y el partido que debía jugarse a las 20.20 se suspendió.
“Fue una decisión del árbitro. Les había pedido a los jugadores que caminaran la cancha y ellos vieron que el área que tiene la tribuna de Independiente detrás estaba muy mal. El lunes nos juntaremos con Cantero para ver cuándo se puede reprogramar, porque sabemos que ellos tienen la Sudamericana. No creo que se pueda jugar esta semana”, dijo Miguel Calello.
Independiente no quiso saber nada con suspenderlo: la semana que viene jugará el clásico ante Racing y el 22 de agosto la ida ante Boca por la Sudamericana. Cantero, Cristian Díaz y el plantel del Rojo lo querían jugar sí o sí. No hubo caso.