El encuentro comenzó mejor para el local, práctico y efectivo en su casa, que con paciencia fue arrinconando a la visita contra su arco hasta concretar el objetivo por intermedio de Más, en el cierre del primer tiempo. Iban 41 minutos.
En el complemento, de manera absurda, los sanjuaninos entregaron la pelota y el protagonismo. Y Rafaela, sin más remedio, creció. Se animó y fue por el empate, aún exponiéndose atrás. Tuvo sus chances y, cada vez con más peligro, puso al local en aprietos.
Por eso no sorprendió el empate a los 36’. Lo que sorprendió fue cómo se produjo, ya que Pitana anuló en principio la jugada por una posición adelantada y, luego, a los pocos minutos, lo convalidó. El cabezazo era de Landa, en contra. El error había sido únicamente de él.
Sin terminar de digerir el golpe, la Crema, de pronto, se encontró con el segundo de la mano de López. San Martín, confundido y, sobre todo, indignado, se nubló y terminó frustrado, informa Olé.
