
La charla con Jorge ''Coca'' Vidal tuvo lugar en Radio Plaza (FM 94.7), donde el murguista uruguayo repasó su trayectoria, su llegada a Paraná y el proyecto cultural que hoy impulsa en la ciudad. Con el respaldo de la municipalidad y un coro de 40 integrantes, comenzó a darle forma a un taller de murga que rápidamente completó su cupo y despertó un inesperado interés en la comunidad local.
''Con la murga Falta y Resto estuvimos unos 17 años'', recordó con la naturalidad de quien lleva ese género en el espíritu. Poco después relató cómo se dio su llegada a Paraná: ''Hace seis años que estoy acá. No me voy más''. La decisión estuvo marcada principalmente por el amor, aunque también influyó la relación que mantenía con la ciudad desde 2001, cuando comenzó a cruzar con la murga para actuar en el teatro.
Sobre lo que significó dar ese paso, Vidal recordó que en aquel momento Falta y Resto había hecho un parate y eso le abrió la posibilidad de instalarse en Entre Ríos. Hoy, con la murga nuevamente en movimiento en Uruguay, él sigue desde acá, aunque no descarta volver al carnaval. "Me han llamado, pero no sé, no hemos compartido ese momento. Desde que crucé no hice más carnaval. No se ha dado por problemas de tiempo. Pero en algún momento se va a dar", contó, dejando abierta la puerta a una posible vuelta.
El taller que dirige en Paraná nació a partir de una invitación oficial: "Fue una propuesta de la municipalidad. Y bueno, me convocó y lo acepté y en eso estamos. Realmente me encantó, porque es una formación de 30, 35, 40 personas".
Con una frecuencia semanal de ensayo (todos los jueves de 17:00 a 19:00) el grupo fue consolidándose en un formato poco habitual en la región. "No me costó tanto, sino que la entrada de ellos, la energía, porque llegaron así de entrada, eran más de 30, que después se fueron sumando. Después lo que hice fue ponerlos a cantar y agarraron, como decimos allá, agarraron la onda enseguida. Eso fue lo que sonó el otro día y lo vamos a ir improvisando, si Dios quiere, para finalizar una muestra más grande", comentó.
Vidal explicó que la convocatoria superó sus expectativas y que incluso hubo personas que quedaron afuera. "Ahora ya no hay cupos, porque resulta difícil armar un coro tan grande de personas, y más cantando murga, que es más difícil que un coro normal. Este año la masividad me sorprendió. Colmaron mis expectativas, me pasaron por arriba", afirmó.
En cuanto a la composición del grupo, señaló que establecieron un requisito etario: "Nosotros pusimos de condición de edad, 18 años en adelante. Debe haber gente de entre 25 y 50 años".
Su integración en Paraná fue natural. "Es muy parecido a Montevideo. Tiene muchos lugares que son similares", aseguró. Aunque dejó parte de su vida en Uruguay: "Allá tengo hermanos y un hijo que es mayor, de 26 años, el hermano mayor de los mellizos. Después la familia, hermanos, primos, todo lo que hace unos meses atrás fuimos a visitar. Estamos en comunicación vía WhatsApp todos los días, de todas las semanas".
La sorpresa del público en la reapertura del espacio cultural Juan L. Ortíz confirmó la potencia de esta propuesta. "Fue muy lindo, la gente estaba sorprendida, se acercaban a ver qué era lo que pasaba ahí. En cuanto terminó, toda la gente diciéndome que no sabía que estaba radicado acá en Paraná y que estaba haciendo esta movida. Mucha gente se quiso sumar, pero por problemas de cupo no se pudo", recordó.
En paralelo al taller, Vidal se vinculó con músicos paranaenses y armó una banda de candombe. "Con un par de músicos hicimos una banda y con parte de esos es con los que estoy ahora dando el taller. Lo que viene a ser la percusión, más o menos, la doy con uno de los chicos que era parte de la banda de candombe".
Sobre el fenómeno murguero en Entre Ríos, hizo un repaso histórico: "Nosotros, antes que yo fuera integrante de la murga, la Falta había hecho un taller acá. Después vino un integrante de la murga a dar un taller que prendió la semilla de la murga. Hubo como 5, 6, 7 murgas de estilo uruguayo. Y después paró la cosa. La última vez que vine fue en 2018. Nos hicieron un encuentro con gente de murgas. Ahí conversamos, cantábamos un poco. Yo pensé que eso seguía, pero cuando me vine aca después de Rosario, estaba todo desarmado".
Con 17 años de historia en Falta y Resto y un presente anclado en Paraná, Vidal siente cierta nostalgia por su etapa anterior, aunque hoy celebra la oportunidad de construir un nuevo camino en Entre Ríos. "Sí, se extraña, 17 años son una vida", dijo.
El trabajo de "Coca" Vidal en la ciudad en poco tiempo pasó a ser una experiencia cultural novedosa y con gran poder de convocatoria. Con más de 40 integrantes en el taller municipal de murga, ensayos semanales y la participación de músicos locales, logró instalar en la capital una propuesta artística distinta, con una dedicada formación, como una forma de expresión colectiva entre tantas otras y con la tradición uruguaya de la que no quiere despegarse. Hoy, su tarea se centra en sostener y fortalecer este espacio, con la expectativa de que en algún momento la experiencia se proyecte a otros escenarios de la provincia.