Una familia que no es de Oro Verde ni vive allí, está poniendo en ridículo a toda la comunidad por instalar y defender al punto del disparate una chatarra bélica, y pedir hasta 10 años de prisión efectiva para jóvenes que osaron pintar la palabra “Amor” sobre las latas viejas. Se trata de los Maiztegui, padre, madre e hijo, profesionales de altísimas vinculaciones en el centro de la capital entrerriana, que siguen los pasos de Horacio Maiztegui Marcó, Secretario de Estado de Bienestar Social en Entre Ríos durante la dictadura de Jorge Rafael Videla.
Horacio Maiztegui Marcó, hombre del brigadier Rubén Di Bello en tiempos negros, es hoy Procurador Fiscal Municipal de Oro Verde, según fuentes calificadas de la comuna, y principal defensor con su familia del tanque de guerra (puesto en cuestión por un grupo de estudiantes universitarios), aparte de integrar el consultorio jurídico de instituciones como la mutual Sociedad Militar Seguros de Vida.
Su esposa Zaida Martínez de Maiztegui Marcó, conocida en los círculos de apellidos de abolengo en Paraná como Zaidita, y ella sí de reconocida formación técnica, es Escribana Municipal de Oro Verde. Y el hijo de ambos, Horacio Maiztegui Martínez, es empleado de planta permanente de la misma Municipalidad bajo un régimen especial que le permite asistir sólo un día a la semana y cobrar como Asesor Legal una suma superior a la que recibe el resto de los empleados, pero no sólo en un sueldo abultado sino en los honorarios de los juicios, gane o pierda.
Dirigentes de prestigio de Oro Verde solicitaron a ANALISIS que revelara la verdadera trama de poder y dinero que subyace en el conflicto por el Monumento Tanque de Guerra, al que calificaron como “un capricho de Maiztegui”, y pidieron que este semanario hiciera públicas estas preguntas reiterativas en esa ciudad universitaria: 1)- Cuántos juicios ha abordado, cuántos ha ganado o perdido, cuánto dinero ha embolsado en sueldos y honorarios el abogado Horacio Maiztegui Martínez en esta década en su trabajo dentro de la estructura municipal. 2)- Cuánto cobra su padre Maiztegui Marcó, que fue alto funcionario de la dictadura, y cuántos ingresos le ha significado en los últimos tres lustros, por lo menos, a su madre Zaida el monopolio de la escribanía municipal, en la escrituración de terrenos de una de las localidades con mayor movimiento inmobiliario de toda la provincia. De hecho, se supo de interesados en terrenos que desfilan en el estudio que la familia posee frente al Teatro 3 de Febrero en Paraná.
En suma: los vecinos se preguntaron por todos los montos acumulados por la familia Maiztegui durante los años ‘90 y hasta el presente, en relación directa con la Municipalidad de Oro Verde, y pidieron que la respuesta que entregue a la comunidad el intendente Carlos Schmidt (UCR) fuera publicada completa por ANALISIS en la próxima edición. Todo con el objeto de esclarecer la relación de la familia Maiztegui con el municipio, e incluso aventar sospechas si eso fuera posible. Los manifestantes pidieron que se reservara su identidad porque, aseguran, en verdad en este reclamo coinciden vecinos de las más diversas expresiones políticas y sociales.
Las preguntas de los vecinos no son ociosas, porque el decreto municipal que el asesor legal del municipio hizo firmar al intendente Carlos Schmidt para pedir la prisión por el término de 10 años a estudiantes que pintaron con las palabras “Paz” y “Amor” el tanque Sherman construido en los Estados Unidos, rebasó la capacidad de asombro y la paciencia de dirigentes locales que, durante las últimas campañas políticas, escucharon en forma reiterada el reclamo ciudadano de que los Maiztegui fueran expulsados de la administración comunal. Más cuando se supo que se trataba de jóvenes estudiosos, que tienen un grupo de arte y un fanzine (revista) en el que publican dibujos, poesías y reflexiones de tipo social.
“Los Maiztegui tienen que irse con el tanque”, escuchó ANALISIS, y pudo saberse que en verdad varios sectores de la comunidad presionan a las autoridades electas para que adopten medidas drásticas desde su asunción en diciembre, sobre la Asesoría Legal, la Procuraduría y la Escribanía, todas en manos de los Maiztegui. Sin embargo, el nombramiento del abogado en planta permanente dificultaría ese propósito.
La frase que colmó el vaso
Como es de dominio público, tres adolescentes de 19 y 20 años pintaron las palabras “Amor”, “Paz”, “No a la guerra” y “Argentina”, sobre el tanque en desuso instalado a la vera de la ruta 11, y le agregaron flores, corazones y símbolos de la no violencia. Esto está en las fotografías y en el acta firmada por policías el día 25 de mayo de 2006.
ANALISIS tuvo acceso al acta policial, en la que se basó la denuncia y el posterior procesamiento de los jóvenes: “Se observa que el cañón se encuentra pintado con diversos colores sobre el color militar originario, sobre su lateral derecho teniéndose en cuenta que se lo mira de frente se lee la palabra ‘PAZ’ en letra mayúscula imprenta de color rojo y azul, y en la parte trasera tiene escrita la palabra ‘AMOR’, al costado derecho la palabra ‘PAZ’ nuevamente (sic) con letras color amarillo y azul, diversos símbolos de paz y otros, dibujos de flores, diversas líneas y círculos en colores rojo, azul y amarillo. En la base de cemento donde está fijado el tanque se lee la palabra ‘ARGENTINA’ en color azul y se destaca además que el reflector que ilumina dicho tanque se encuentra roto”.
Sin embargo, el asesor legal del municipio impulsó una denuncia que califica a las expresiones “Amor” y demás como “insignias y pintadas agraviantes hacia toda una comunidad”. Luego dijo que el hecho “provoca un grave precedente porque se afecta con esta actitud intolerante símbolos o elementos propios”… Sin embargo, fue la frase siguiente una de las más impactantes para los vecinos que leyeron el decreto. Si bien hasta ahora se creía que la chatarra no era más que el conocido Monumento Tanque de Guerra, se divulgó que es un homenaje al Ejército, y en estos términos: “Se trata de homenajear al Ejército Argentino, nos referimos al Ejército de todos los argentinos, no de algunos, ni en contra de otros, simplemente al Ejército Argentino que siempre ha luchado conforme su mandato por salvaguardar los destinos de nuestra Patria”. La palabra “siempre” no es casual, en el documento. Después de las revelaciones sobre las responsabilidades del Ejército en diversos actos de torturas y desapariciones, hechos inocultables, en la dictadura de la que participó Maiztegui como funcionario, ni los integrantes mismos del Ejército se animaban a semejante afirmación equivocada, sino ignorante o mal intencionada, pero sí los Maiztegui, que asesoran al municipio.
En la apelación, el abogado José Iparraguirre sostuvo: “En una interpretación forzada de los hechos, que sí agravia la razón, y desde una actitud de tipo injuriosa que convendría analizar, los denunciantes pretendieron hacer creer que las expresiones más hermosas que haya creado el ser humano sobre la faz de la tierra son injuriantes”.
Allí no quedó todo. Después de pedir la sanción de los artistas por el delito de “daño”, el asesor legal se envalentonó y reclamó que los jóvenes de los graffities fueran a prisión por un plazo de tres a 10 años, y a los organizadores de ese grupo se los condenara a un mínimo de cinco años de reclusión, porque interpretó que las pintadas provinieron en el marco de una “asociación ilícita”.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)