Torneo Clausura: la efectividad de Boca fue mucho para el alicaído San Lorenzo

El rendimiento de ambos equipos en la primera etapa fue muy flojo, aunque el conjunto visitante se las ingenió para generar unas pocas situaciones de riesgo a través de bochazos frontales o jugadas de pelota parada. Sin Juan Román Riquelme en cancha, a Cristian Chávez le costó mucho hacerse cargo de la conducción, y así los delanteros quedaron aislados. Y entre tanta pelea con los defensores rivales, Darío Cvitanich sintió una molestia física y debió dejarle su lugar a Pablo Mouche.

Santiago Silva, debutante en el campeonato local (ya había vestido la camiseta Xeneize en la Libertadores) tuvo en gol con un frentazo, pero Nereo Champagne respondió de manera estupenda. En el rebote, el Tanque pegó el balón en el poste. Minutos más tarde, el que se lo perdió fue Juan Insaurralde, quien definió desviado en un mano a mano con el arquero.

El manejo de Néstor Ortigoza en los primeros minutos del complemento le dio a San Lorenzo más profundidad. El volante central asistió en dos oportunidades a Carlos Bueno y el local al menos pudo complicar a una defensa que hasta el momento no había pasado sobresaltos. Pero cuando Boca no podía dar ni dos pases seguidos apareció Juan Sánchez Miño y con un zurdazo cruzado desde el borde del área rompió la paridad.

Mouche pudo ampliar la ventaja rápidamente, pero falló. La revancha le llegó a los 41’ y el delantero no perdonó: tomó un centro pasado de Diego Rivero, desparramó dos veces a Champagne y liquidó el partido con un derechazo. Antes, San Lorenzo había tenido una chance en la cabeza de Bueno pero la pelota había salido apenas desviada.

Con el tiempo cumplido comenzaron los disturbios en las tribunas. Mientras la hinchada de Boca cargaba a la parcialidad local con el famoso fantasmita del descenso, volaban las butacas de un lado para el otro. La policía pudo controlar rápidamente los desmanes, pero el descontrol pasó al campo de juego: primero fue expulsado Gabriel Méndez por una patada terrorífica a Franco Sosa, y luego vieron la roja Bueno e Insaurralde por un fuerte cruce.

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