El cura Aníbal Aguilera, hermano de Ana Lía Aguilera, a su vez esposa del exgobernador Sergio Urribarri, asumió al frente de la parroquia Santa Teresita del Niño Jesús, de San Salvador. Lo que podría ser un hecho corriente dentro de la vida de la Iglesia Católica, esta vez generó mucha expectativa por cuanto se trata del templo donde se libró una dura batalla no contra el Maligno sino entre dos sacerdotes que se sacaron los trapitos al sol en forma pública: el veterano Marcelo Krenz -supera los 90 años-, que oficia como vicario, y quien fue designado de forma transitoria como administrador parroquial hasta la llegada del cuñado de Urribarri, Pablo Siarra, que cumple funciones en General Campos, según informó entreriosahora.

Todo derivó a partir de un incidente que ocurrió el domingo 21 de abril último y que para los católicos revistió la característica de grave: la profanación del Santísimo, el lugar donde se guardan las hostias consagradas. El lunes 22 del mes último, Siarra ofició una misa de desagravio e intentó un llanto que no fue y después se envalentó y cargó contra su propia feligresía que, dijo, no lo respeta. Y si no lo respetan a él, entendió, “no respetan a Cristo”. Y para que no queden dudas de que está resuelto a actuar contra las “habladurías”, dijo que el obispo de Concordia, Gustavo Zurbriggen, ya está al corriente de lo sucedido.

“Lo que sucedió en el Sagrario es algo menor a lo que está pasando en el fondo, en la comunidad y hasta que no haya respeto y fe, todo es cáscara, por eso sentía una mezcla de dolor, angustia, tristeza y bronca cuando venía entrando y veía que la Iglesia estaba llena”, dijo el sacerdote. “Esto tiene que causar dolor, tristeza, preocupación, no desde el hecho delictivo, porque fue menor. No nos robaron nada material, pero nos tocaron el corazón. Entonces, hay muchas preguntas que uno tiene que empezar a hacerse”, señaló.

Esto “me exige rezar cuando ocurre algo en la comunidad. Y me pregunto y les pregunto ¿cómo lo perdimos?”. Y agregó: “A Jesús lo venimos perdiendo hace tiempo y no nos damos cuenta. No tenemos que ser tan hipócritas y decir las cosas como son. Se nos perdió Jesús Eucaristía con tantas habladurías hacia el sacerdote, por tantos falsos testimonios y mensajes y audios ofensivos de WhatsApp contra el sacerdote, contra mi persona especialmente. Eso se lo hicieron a Cristo. Y si no nos duele lo otro tampoco nos duele esto”, lanzó.

Las bravuconadas del administrador parroquial también fueron dirigdas hacia el ansiano cura Krenz, pero éste no les dio importancia. Y lo ninguneó. “Lo que diga no me interesa, me interesa lo que yo tengo delante de Dios y delante de la comunidad. Eso es lo que me interesa. Yo quiero servir a Dios, amar a Dios, cumplirle con lo mejor posible. La prueba es que me ven siempre sentado en la entrada de la iglesia o en el confesionario para servir primero a Dios instrumento y después también a todas las personas que necesitan reconciliarse con Dios”, lanzó en declaraciones al sitio Mercurio Noticias.

En directa alusión a Ciarra, señaló: “Cuando vino, me dijo: ´Ahora voy a confesar yo también´. Pero nunca lo veo en el confesionario. Así que estamos en lo mismo. Yo no hago jactancia de nada, pero yo cumplo, voy a las capillas media hora antes, voy a confesar, vengo acá me siento ahí al rato y viene alguno y me dice Padre, quiero confesarme”.

Ahora Ciarra fue corrido de lugar. El obispo de Concordia,  Gustavo Zurbriggen, puso en funciones al nuevo párroco de Santa Teresita del Niño Jesús, de San Salvador, Aníbal Aguilera, pero ni uno ni otro aludieron al conflicto que se vivió y se vive en el templo. “La Iglesia existe para evangelizar”, afirmó el Obispo, citando al Papa Pablo VI. “Cada bautizado, cada hombre y mujer bautizados, existe para anunciar la palabra de Dios y para ser testigos de la muerte y resurrección de Jesús”, acotó.

En este contexto, el Obispo destacó la importancia de la toma de posesión del cura Aguilera como “una nueva oportunidad para construir una Iglesia sinodal y misionera” ya que hay que “trabajar mucho con mucha paciencia, con mucho empeño, con mucha caridad para hacer de la comunidad cristiana una comunidad en la que todos trabajen unidos”.

Aguilera hizo parar al padre Marcelo Krenz, habló de él, fue ovacionado por el público presente, pero sutilmente también lo ubicó en su lugar, diciendo que a partir de ahora le tiene que decir a él: “Sí, padre”, marcando el territorio. Fue luego de que la comunidad leyera palabras de despedida al padre Raúl Joannàs y de bienvenida al padre Aguilera.

En su homilía, el padre Aguilera agradeció la presencia de Monseñor Zurbriggen y de la comunidad, y compartió una anécdota sobre su experiencia en la parroquia Santa Rosa, de Chajarí: “Después de cada tormenta había grandes y buenos frutos”, dijo, refiriéndose a los 16 años que pasó allí.

(Entre Ríos Ahora)