Por Roberto Elvio González (*)
Es mi deber informar que desde comienzos de año vengo tratando de hacer saber a funcionarios del gobierno provincial entrante, lo que significa e implica el turf, por lo cual, comencé a comunicarme, e incluso a reunirme, con funcionarios de primera, segunda y hasta tercera línea, haciendo llegar información, datos, explicaciones, etc., todo respaldado por carpetas entregadas en mano, de nuestra actividad en la provincia de Entre Ríos, sin obtener al día de la fecha ningún tipo de respuesta. Más allá de que, en algunos casos, hayan mostrado verdadero interés y algún que otro pedido complementario, resaltando que muchos de estos funcionarios hoy ocupan diversos puestos dentro de este gobierno, lo cual no es poco.
En este contexto, hoy podremos decir, que “estamos a la buena de Dios en todo sentido”, y nadie que se interesa, real y efectivamente, en dar un respuesta formal, respecto de una actividad en la cual cada ejemplar (S.P.C.), promueve directamente o indirectamente ocho puestos de trabajo. Somos la provincia que más aporta al turf del país, ya que el 17% de los ejemplares que corren en los máximos hipódromos nacionales, son de procedencia de Entre Ríos, contando con un parque caballar de más de 1.500 ejemplares en cuida, cerca de 800 entrenadores y 1.200 caballerizas con permisos oficiales para participar en los Hipódromos de Palermo, San Isidro y La Plata. Sin dejar de mencionar, ya que no es una cuestión menor que Entre Ríos es el cuarto productor de Sangre Pura de Carreras en todo el país. Insisto: todo lo cual no resulta una cuestión menor.
Que también viene a colación, y en honor a la verdad, que este desentendimiento, desconexión y falta de interés por dar soluciones sensatas, claras y expeditivas, data de muchos años ya, y donde la constante es ser tratados como desconocidos -por no decir inexistentes-. A modo de ejemplo, solo se ha promovido una ley que en la Cámara de Senadores tuvo sanción rápida, pero en Diputados durmió el “sueño de los eternos”, en alguna oficina durante tiempo, hasta que la misma prescribió por los años que pasaron. Claramente esa Ley no era la que convenía a algunos diputados que conocemos, por lo cual no fue tratada. Y hoy continuamos a la deriva.
También es sabido que se trata de una actividad con mucha mano de obra en negro y cada uno de los Hipódromos y Jockey Clubes hacen malabares para subsistir, ya que en nuestra provincia esta actividad nunca tuvo un subsidio, aportes o ayudas de ningún tipo, pero sí injerencia y actividad gremial, desde donde se tiene el tupé -agudizado en estos días- de enviar cartas documentos a distintas instituciones, intimando a que inscriban a sus empleados en su gremial y diciendo que están a favor del turf federal. Pero lo único que hicieron fue dejar un tendal de inconvenientes cuando realizaron remates y con harás de primer nivel y quedando un hipódromo a la deriva cuando no les fue como pensaban, historia más que conocida, por lo cual no hace falta explayarse al respecto.
En este “distorsionado y desinformado contexto” el público en general entiende al turf como solo “timba” -nada más alejado de la realidad- ya que de hecho, información oficial y cierta, destaca que el turf es la fábrica más grande de las denominadas “sin chimeneas” del país. Todo ello está debidamente sustentado, por lo que sólo basta remitirse a la cantidad de puestos de trabajo directos e indirectos que tal actividad implica. Sobrados fundamentos existen para estar realmente preocupados.
En todo caso, y respecto al juego de apuestas de turf, se puede decir que hay entre 35 y 40 agencias con permisos del Decreto N° 6586 de 28 /11/ 2003 ( Ley Montiel ) y cinco oficiales, que hoy no saben cuál será su destino, ya que muchas de ellas enviaron solicitudes de habilitaciones y/o renovaciones, pero hasta el día de hoy -más de seis meses de gestión- no han recibido ninguna novedad y menos aún, la respuesta concreta a su legal pedido. Se conoce solamente y a ciencia cierta al respecto que el Ministerio encargado de darle curso a estas cuestiones específicas se ha desdoblado, y hoy no se sabe quién es el competente y, en definitiva, firma las mismas.
En esta insostenible situación, bien podría desencadenar en un control y fiscalización, lo que podría acarrear una intervención y/o clausura de las agencias, ya que todas están en falta. Sumado a que Hipódromos y Jockey Clubes estarían muy complicados al no tener ingresos y menos qué hacer con el personal, los cuales quedarían automáticamente sin trabajo. Todo, insisto, con la cruda, real y asfixiante realidad del turf entrerriano.
A modo estadístico -y no menos representativo-, ante la ligera e inexacta asociación de “timba y turf”, dicen que puede ser contraproducente por la ludopatía. En nuestra provincia hay 34 casinos,11 tómbolas y más de 900 agencias del IAFAS. Pero sólo le llamamos juegos de azar, es decir, no sería timba, lo cual dejo librado a la real y justa interpretación de cada uno.
Asimismo, y ante todo lo expresado, seguimos, insistimos y seguramente se pondrán más ganas y redoblarán los esfuerzos, y continuaremos “golpeando puertas”. Porque somos amantes de una actividad a la cual queremos mucho y somos muy solidarios. A modo de ejemplo, hoy cada Hipódromo, Jockey Club y Pistas se les exige un seguro para el espectador y los jockeys, y está muy bien, pero resulta muy desagradable cuando un profesional tiene un accidente y la comunidad del turf tiene que salir a hacer rifas y colectas para poder afrontar gastos de hospitales y sanatorios y remedios, ya que las aseguradoras tienen otros tiempos, mientras que los problemas que sufren los afectados tienen que ser solucionados con la urgencia de cada caso y la seriedad que amerita. Ya le pasó esto a Marcos Monzón cuando rodó en Concepción del Uruguay, a Lázaro Godetti que tuvo dos operaciones, y Alexis González (Jockey Club de Urdinarrain). Se realizan rifas, eventos y campañas de donaciones, apertura de cuentas para depositar, etc., lo cual modestamente y de mínima, no me parece digno, además de resultar una tremenda injusticia e inequidad. Y mientras tanto, el Estado provincial sigue ausente.
Es así, que ante tamaño, grave y desesperante contexto, llamo a toda a la comunidad del turf, incluso, a todo ciudadano que así entienda, e inclusive roce la problemática, sea de manera directa o indirecta, o simple pero básicamente, con sentido solidario y del bien común, se adhiera y colabore ante tal evidente y más que fundado reclamo. Difundamos esto, así alguien que tenga la potestad, sentido común y al servicio de la comunidad real -que todo dirigente, político o funcionario debería tener-, levantara la mano y diga que algo por el turf sí se puede hacer, y será un excelente punto de partida.
El turf es trabajo. El turf es una industria.
*Especialista en actividad hípica.
Foto: Instagram Turf Entre Ríos