
El segundo jefe del cuerpo de Bomberos Zapadores de la Policía de Entre Ríos, comisario principal Juan Pablo Godoy, se refirió al trabajo realizado el pasado sábado para extinguir las llamas del incendio de la avioneta en la que murió el piloto acrobático Cristian Grecca.
En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio Plaza), Godoy confirmó que “el pasado sábado se recibió el aviso del 911 por un accidente con una aeronave en el Aero Club y en primera instancia se comisionó una dotación de bomberos perteneciente al destacamento San Benito y en apoyo se envió otra autobomba del cuartel central”.
Mencionó que “al llegar las unidades la avioneta ya se estaba prendiendo fuego, el personal intervino en la extinción del foco ígneo” y explicó que “posiblemente, pudo haber sido por el mismo impacto porque la aeronave tiene combustible y al impactar se empieza a incendiar”. Advirtió también que “entre que ocurre el accidente, se da el aviso y llegan las autobombas, pueden haber pasado unos 10 o 15 minutos hasta el arribo ya estaba consumida entera la avioneta”.
En cuanto al trabajo posterior, puntualizó que “una vez que se extingue el incendio se procede a enfriar y por dichos del persona sabíamos que iba una persona, una vez que se extingue pudimos constatar eso y luego se realizó el perímetro para que trabaja Criminalística en el relevamiento del lugar”.
Consultado por las características de la aeronave, admitió tener “poco conocimiento y seguramente habrá autoridades que se encargarán de la investigación de lo que pudo haber pasado, si fue un accidente, una mala maniobra o una falla humana; personal policial se hizo cargo de las actuaciones, trabajó Criminalística en el lugar, nosotros nos abocamos a la extinción del fuego y al traslado del cuerpo a la morgue judicial por orden de la autoridad competente y nuestra tarea finalizó ahí”.
De todos modos, reveló que “la gente del mismo Aero Club decía que era un avión único en el país, y posiblemente estaba construido de mucha fibra de vidrio y con una jaula de caño estructural en el interior donde iba el piloto” y mencionó que “realizan maniobras arriesgadas a una velocidad aproximada de 400 kilómetros por hora, por lo que no hay mucha posibilidad de salvarse ante semejante impacto”.
Por último, comentó que “había bastante viento en el lugar” lo que pudo ayudar a propagar las llamas y recordó que “hace unos años se produjo otro accidente similar con dos fallecidos en el Acceso Norte”.