El inicio del juego mostró un indicador que luego no se confirmaría: el primer punto fue largo, disputado por ambos equipos. Sin embargo, a partir de allí Boca fue quien se aclimató mejor. Sacó un rápido 4-1 y desde entonces controló el trámite, dominando en la red y obstaculizando la principal arma de ataque de Estudiantes, Luisina Yaccuzzi. Con ese panorama, el local no podía lastimar y el visitante aprovechaba para elegir cuándo golpear, sin desesperarse.
Tras el 4-8 con el que se fueron al primer tiempo, el bloqueo Xeneize hizo una de las diferencias, aprovechando la mayor talla de sus jugadoras para dominar en la red (8-16); la otra residió en tener a una Arianne Tolentino intratable. Así, el azul y oro se disparó en el marcador, logrando un 11-21, consecuencia también de los altos niveles de error de las Albinegras. Sin decaer en su ritmo, las boquenses llegaron a un comodísimo 13/25 y comenzaron a saborear el bicampeonato.
El segundo parcial comenzó con un festival de la brasileña Tolentino, bien asistida por la armadora Sabrina Seguí Lleonart. La efectividad de la principal atacante y goleadora de la liga dejó rápidamente a Boca arriba 1-4, momento en el que empezó a funcionar la ya famosa defensa de Estudiantes, que intervino eficazmente para emparejar por primera vez el tablero.
El 8-10 provocó la primera ovación de un gimnasio del Parque Berduc -colmado como pocas veces- pero las dirigidas por Eduardo Allona no cedieron más de dos puntos consecutivos y otra vez tuvieron argumentos para conservar la ventaja. Alternando las descargas hacia Tolentino, Jimena Pérez y Marianela Cossar (por las puntas) o Natalia Aispurúa y María Eugenia Requi (por el centro), perforaron el sistema bloqueo-defensa entrerriano. Volvieron a escaparse (9-13 y 14-19) y cerraron con un 18/25.
La tercera manga mostró la incapacidad del equipo paranaense para pelear puntos largos, según lo previsto. Su bloqueo no frenó la velocidad del armado ni su defensa la potencia de los remates, que picaron una y otra vez en su campo. La llegada al primer tiempo obligado dio la pauta de que la definición estaba cerca (3-8), sensación que se confirmó con la segunda impasse (10-16). El esfuerzo de las chicas entrerrianas no fue suficiente, como tampoco las variantes ensayadas.
No era su noche y Boca aprovechó para cocinarlo a su gusto y probar el dulce sabor del campeonato que, como plus, tuvo su segundo capítulo consecutivo. Estudiantes terminó como no lo pretendía, pero un mal juego no desmerece una gran campaña, que tuvo curva ascendente hasta llegar a pelear el título, publica El Diario.