La periodista Miriam Lewin (Punto.doc) dijo haberse “sorprendido” con el fallo de la Justicia española que condenó hoy al ex marino argentino Adolfo Scilingo a 640 años de cárcel por delitos de lesa humanidad, detención ilegal y tortura en los crímenes de 30 personas cometidos durante la última dictadura militar en Argentina, porque “esa cantidad de años suena contundente comparado con la tibieza y lentitud de la Justicia argentina”. A su vez, lo calificó como “un personaje muy vidrioso, que tiene una patología psiquiátrica” y destacó que “dentro de su relato hay elementos reales que hablan de una efectiva participación en, por lo menos, un vuelo de la muerte”.
En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda de Radio del Plata Paraná, Lewin dijo estar “sorprendida” con el fallo ya que “esa cantidad de años suena contundente comparado con la tibieza y lentitud de la Justicia argentina”. Cabe destacar que la fiscalía española había solicitado 9.138 años de condena y parte de la acusación particular pidió 6.626 años, aunque el ex marino, de 58 años, sólo cumplirá como máximo una condena de 40 años de cárcel, ya que en España no existe la pena de cadena perpetua ni la de muerte. Además, la periodista comentó que “con Scilingo pasa algo paradójico, porque nadie o muy poca gente lo vio dentro de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), ya que pertenecía a una categoría de oficial al que se denominaba rotativo, que pasaba por el lugar, realizaba alguna tarea y se retiraba, y al que (el ex capitán, Jorge) Tigre Acosta quería comprometer en tareas sucias porque estaban del lado de la Marina legal”.
En ese sentido, manifestó no recordar “a Scilingo dentro de la ESMA” aunque añadió: “Sí lo ví como periodista cuando fervientemente describía el mecanismo de la represión ahí adentro, y que después, cuando se las vio negras, intentó tapar”. Además, señaló que “es un personaje muy vidrioso, que tiene una patología psiquiátrica” y que “dentro de su relato hay elementos reales que hablan de una efectiva participación en, por lo menos, un vuelo de la muerte”. Cabe destacar que la periodista se había ofrecido para declarar por exhorto como testigo en la causa contra el ex represor, pero como muchos de los testimonios que se presentaron resultaron reiterativos, se desestimó su ofrecimiento.
A su vez, entendió que el militar “viajó a España pensando que iba a conseguir una suerte de beca del gobierno español, donde podría vivir a costa del Estado al presentarse como arrepentido y se vio atrapado en una situación en que terminó condenado”. También lamentó que “sea Scilingo el que está en ese lugar y no otros militares que tenían puestos de mando dentro de los grupos de tareas”, aunque aclaró: “No me cae para nada mal que esté condenado”.
Más adelante, recalcó que “pasaron casi 30 años” desde la última dictadura militar y se preguntó: “¿Cuánto tiempo tenemos que esperar los sobrevivientes para que se haga justicia en este país, cuánta paciencia tenemos que tener, cuántas veces nos tenemos que cruzar en las calles con nuestros torturadores?”, al tiempo que destacó que “si este gran entuerto se hubiera resuelto en la época de (el ex Presidente de la Nación, Raúl) Alfonsín, y estos personajes no hubieran sido beneficiarios de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, ya hubieran cumplido su condena y estarían nuevamente en sus casas”.
En ese marco, aseguró que “no se trata sólo de las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura sino de la impunidad en muchos otros aspectos de la vida social argentina, porque esa impunidad es la madre de todas las impunidades de nuestro país, como la del atentado a la embajada de Israel, del atentado a la AMIA, entre muchas otras”. Además, comentó que siendo periodista en el programa televisivo Punto Doc, realizó una investigación donde “se descubrió la existencia de un diputado provincial electo en Tierra del Fuego, Juan Jeringa Barrionuevo, que había sido enfermero y represor en la ESMA, a quien -pese a los testimonios de cuatros sobrevivientes del centro clandestino de detención que lo reconocieron-, el juez federal Torres lo dejó en libertad, después de estar un tiempo detenido, por entender que las denuncias se trataban de apremios leves, lo cual es un delito excarcelable”.
Lewin, quien -con 19 años- fue detenida ilegalmente en la última dictadura y permaneció desaparecida dos años, apuntó además que los sobrevivientes “no buscan venganza y si lo hicieran, más de una Madre o Abuela de Plaza de Mayo hubiera salido con un arma a matar a todo represor que se le cruzara en la esquina, y esto no ha sucedido” y destacó el hecho de que “las nuevas generaciones tienen conciencia del tema, preguntan, quieren saber qué pasó en aquellos años”, lo cual “es una garantía de que ojalá no ocurra nunca más”.
Finalmente, sostuvo: “Todavía me sigo preguntando porqué sobreviví, porque los criterios de selección era muy locos y arbitrarios, y muy parecidos a los criterios de selección que se utilizaron en la Alemania nazi”.