Vélez sin su tridente ofensivo –preservado Martínez, en el banco Moralez y desgarrado Silva- tenía dificultades para llegar asociadamente contra el arco del Taladro. Lo mejor pasaba, como casi siempre, cuando la pelota la tenía Ricardo Álvarez, aunque a veces pecaba de individualista. Un tiro del zurdo exigió a Bologna, quien en la jugada siguiente encontró un cabezazo a quemarropa de Tobio. Eso, más un tiro desviado de Augusto Fernández, fue lo único del líder en la primera mitad, muy poco.

Los del Sur, que ejercieron una presión asfixiante en toda la cancha, despilfarraron un mano a mano de Achucarro –muy apresurado para definir- y obligaron a una buena reacción de Barovero ante un disparo cruzado del Chelo Carrusca.

Tras esos 45 minutos regalados, Vélez cambió la actitud para la segunda parte y salió decidido a ganar el partido. Adelantó todas las líneas 15 metros y pasó a monopolizar el balón. Tuvo un dominio marcado, pero sin profundidad.

Banfield recién pudo salir un poco del asedio sobre el cuarto de hora, pero al detectar esto Gareca dispuso el ingreso de Moralez por el inexpresivo Canteros… y el Enano tuvo una muy clara tras una cesión de Álvarez, pero levantó su remate, consigna TyC Sports.

Sobre el cierre y cuando el empate aparecía como la posibilidad más cierta, Domínguez ganó de arriba tras un corner y la pelota derivó en Fabián Cubero, quien solo en el área chica batió al arquero con un toque suave. El gol fue un premio para Vélez, que no jugó bien, pero que tuvo siempre mayor voluntad que su rival para ganar el partido. Ya en tiempo adicional, el Mago Ramírez estiró la diferencia tras recibir un buen pase de Iván Bella. Fue la frutilla del postre para una noche redonda del equipo de Liniers.