Una vez más, una sentencia judicial envía a prisión a un vendedor de drogas de la ciudad de Victoria, con la particularidad de que la cocaína que distribuía en distintos kioscos de la localidad entrerriana era adquirida en la vecina ciudad de Rosario. Un par de años atrás había sido el caso de la banda narco de Darío Solís, donde también terminó sentenciado el rosarino que enviaba la droga. Esta vez era un negocio familiar de personas oriundas de la Cuna de la Bandera pero que hace años que viven en Victoria, no obstante, mantienen parientes y contactos del otro lado del río Paraná que les conseguían la mercadería.
Claudio “Cholo” Berón recibió la pena de seis años y medio de prisión por comercio de estupefacientes, que contempla una condena condicional que venía cumpliendo por otros delitos como balaceras y amenazas. En el caso también estuvo implicado un policía que trabajaba en Victoria, era su cuñado y le pasaba información de las investigaciones y allanamientos. Alexis Blanchero recibió tres años de prisión condicional tras un juicio abreviado y lo exoneraron de la fuerza.
La investigación de la Fiscalía y personal de Toxicología local, comenzó en 2020 hasta los allanamientos realizados el 8 de julio de 2020. Las actividades de venta de cocaína se realizaban tanto en la vivienda de Berón, ubicadas en Rocamora 275 de esta ciudad y San Martín y Arenales, como también mediante entregas con la modalidad “delivery”. Asimismo, se estableció que tenía algunos puntos de reventa en la ciudad donde personas comercializaban la cocaína que él les vendía.
La tarde de los procedimientos, en plena pandemia, los policías interceptaron el auto que conducía el sospechoso, un Ford Fiesta, en Bulevar Moreno y Sargento Gómez de Victoria. Tenía consigno un envoltorio de cuatro gramos de cocaína. En uno de sus domicilios hallaron otros 56 gramos de la misma sustancia, así como 187.770 pesos y 350 reales.
El juicio comenzó a fines de abril en el Tribunal de Gualeguay, presidido por Dardo Tórtul, quien la semana pasada dictó la sentencia condenatoria.
En el debate declararon testigos de procedimientos y los investigadores de Toxicología de Victoria. El fiscal Eduardo Guaita pidió la pena de ocho años y nueve meses de prisión (comprensiva de la condena anterior que pesaba sobre Berón). En tanto, el abogado defensor Augusto Lafferriere pidió la absolución por falta de pruebas o una pena condicional.
El juez consideró probada la actividad delictiva desplegada por el acusado, quien actuaba junto a su padre, Ramón Adolfo Berón, alias “Pito Pito”, condenado en 2015 por vender marihuana y cocaína en el Quinto Cuartel.
Del análisis de los celulares secuestrados surgió información importante que, entre otros datos, confirmaban que la banda se proveía de cocaína en Rosario.
En una conversación entre padre e hijo, Pito Pito le dice a Cholo que ya había pasado el control de Gendarmería y que estaba todo encaminado, que diera luz verde para coordinar el transporte de la droga. Se destacó que compraba la droga en la vecina ciudad, y que en esa ocasión iba a adquirir medio kilo de cocaína para cada uno.
El transporte no lo hacía el padre solo, sino que utilizaba a un taxista que cruzaba el enlace vial de la ruta nacional 174.
Para tener una idea de las ganancias que obtenía el grupo familiar, en una conversación por mensajes de WhatsApp entre Claudio Berón y un cliente, el vendedor le indica que el precio de los cinco gramos era 4.500 pesos (año 2020, hoy sería mucho más). Es decir que, solo por el medio kilo que le tocaba vender al joven, se alzaría con 450.000 pesos.
(Fuente: Diario Uno)