La cúpula del Banco Central se tomó buena parte del sábado -y los seguirá haciendo hoy- para considerar distintas opciones en el intento de reforzar las reservas y calmar la tensión cambiaria que se está manifestando en las últimas semanas, en particular desde el lunes siguiente a las PASO del 11 de agosto.

El equipo que encabeza Guido Sandleris tiene sobre la mesa varias opciones, orientadas a buscar un aumento de la oferta de dólares y, no se descarta, contener la demanda de divisas.

Pese al estricto hermetismo en torno a los posibles anuncios, trascendieron que al menos dos ideas en estudio. La que cobró más fuerza es la que reimpondría plazos máximos para que los exportadores liquiden los dólares del comercio exterior. Hoy, las firmas no tienen ninguna exigencia en ese sentido. Es decir, pueden liquidar los dólares cuando lo consideren necesario.

La normativa que eliminó los plazos para liquidar fue aplicada en noviembre de 2017, durante la gestión de Federico Sturzenegger como titular del Banco Central. Hasta diciembre de 2015, las cerealeras -principales proveedoras de dólares del país- tenían 30 días para liquidar las divisas de sus ventas al exterior. Durante el Gobierno de Mauricio Macri, los plazos se fueron extendiendo gradualmente hasta que se eliminaron en la fecha citada, publicó el diario Clarín.

La necesidad de imponer plazos para liquidar exportaciones fue expresada por Guillermo Nielsen en una entrevista publicada la semana pasada al diario brasileño Valor. Nielsen lo dijo así: “Será requerido que los dólares que vienen de las exportaciones tengan que entrar al mercado en un período determinado, de seis, ocho o doce meses, no sabemos bien, pero tendrán que ser liquidados. No es posible que pasen años para poder liquidar los dólares de las exportaciones. Eso crea una situación de inestabilidad en el mercado cambiario que tenemos que evitar”.

Sobre la posible imposición de plazos a la liquidación de exportaciones, el titular de la Cámara de exportadores de cereales (CIARA), Gustavo Idígoras, señaló que en realidad “el principal volumen de ingreso de divisas se hace 50 días antes de la exportación, porque las cerealeras toman créditos en dólares en el exterior bajo la forma de líneas de prefinanciación de exportaciones. Los traemos al país y ahí ya los liquidamos. Los dólares que generamos ahora son para devolver esos créditos”, explicó.

Idígoras le dijo al diario Clarín que durante agosto las cerealeras liquidaron 2.250 millones de dólares (38 por ciento más que en agosto de 2018), y 16 mil millones de dólares en lo que va de este año. Y advirtió que todavía falta vender un 40 por ciento de la cosecha de soja. “Si bien el tipo de cambio mejoró mucho, los productores van a vender recién cuando se estabilice el mercado cambiario”.

Lo dicho hasta aquí apunta a generar más dólares. Pero el Central también piensa en cómo atenuar la demanda del mercado sobre los dólares, es decir, cómo defender el stock de reservas. Para ello, no se descarta limitar el acceso al mercado cambiario, en principio para importadores y para grandes sumas destinadas a atesoramiento.

Ayer, en declaraciones radiales, el economista Eduardo Levy Yeyati, se mostró a favor de algún tipo de control de cambios: “Hay que estudiar el tema. Si no se pone alguna barrera a la cuenta capital es muy fácil que se acelere la salida de dólares. Dada la situación actual, hay una necesidad de asegurarse de que el saldo comercial no se convierta en dólares inmediatamente”.

Desde si visión, “hay que calmar las aguas hasta que llegue el nuevo Gobierno y tenga un horizonte despejado para que nos cuente qué ideas tiene. Yo consideraría poner controles que limiten la perdida de reservas en dólares del Banco Central para llegar al cambio de gobierno con un nivel razonable”.