La Cooperativa Tambera de Paraná fue fundada en 1965 por José María Fontana. Durante años se ocupó de proveer con productos lácteos a la ciudad y los alrededores, con un mercado principalmente local y regional. Las distintas gestiones de Gobierno y las situaciones del mercado interno y externo supieron hacerla crecer y también llevarla a la agonía. Aunque nunca murió completamente.  

El trabajo denominado “Cooperativas de Industrialización de Leche y problemas de agencia. Cambios y situación al finalizar la segunda década del milenio”, compilado por la académica Edith Depetris Guiguet, plantea que las recurrentes y extensas crisis que atraviesa Cotapa son una característica común a otras cooperativas lecheras en el país. En efecto, el libro firmado por Depetris Guiguet e impulsado por la Secretaría de Políticas Universitarias y el Instituto de Economía Aplicada del Litoral, de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), realiza una detallada historización de Cotapa y fábricas similares en la región y el país.

Producto de las reiteradas crisis económicas y financieras, la intervención del Gobierno y la administración de empresarios foráneos muy ligados a la política, la Cooperativa Tambera de Paraná SA está dando un paso final con la quiebra judicial decretada el 24 de octubre pasado. Detrás de ese proceso todavía hay un grupo de personas que resiste los embates, conformaron una nueva cooperativa de trabajo y están dispuestos a no dejarse torcer los brazos.

Evalúan la continuidad productiva

La quiebra directa de Cotapa SA se decretó el 24 de octubre pasado. El juez Civil y Comercial N°9 de Paraná, Ángel Luis Moia, tomó la decisión en base a un pedido de exempleados, personas que dejaron de trabajar en la fábrica. No son los únicos acreedores en el proceso, también está el Estado nacional y provincial, proveedores de materia prima y trabajadores que continúan en actividad.

El estudio contable “Neme, González, Firpo y Asociados” fue designado como síndico en el proceso. Hay un primer plazo hasta el 15 de diciembre para que se presenten acreedores que quieran verificar como tales en la quiebra. La Sindicatura tendrá tiempo hasta el 2 de marzo de 2023 y hasta el 18 de abril de 2023 respectivamente, para presentar dos informes: el primero sobre la particularidad de cada acreedor, y el segundo será un informe general sobre Cotapa SA que detalle las causas del desequilibrio económico, la composición del activo y el pasivo de la empresa, si los socios cumplieron con las cuotas, las inscripciones correspondientes, cuándo comenzó la cesación de pagos, si los socios realizaron los aportes y hay responsabilidad patrimonial que se les pueda imputar, entre otros detalles.

“La ley prevé ciertos plazos. Pero las vicisitudes del proceso, a veces, hacen correr las fechas. Para el informe final esperamos un proyecto de distribución donde se determine bien quién va a cobrar y qué, de acuerdo a lo que se haya obtenido. Eso puede llevar un tiempo. Pero en el caso de Cotapa, podría definirse sobre bienes la continuidad de la empresa. Ese es un supuesto del artículo 190”, manifestó a este medio una fuente judicial que conoce el proceso.

En el mismo sentido se explicó: “Cotapa SA hizo un convenio con un grupo de trabajadores para continuar de alguna manera con la actividad productiva. La quiebra implica el desapoderamiento de los bienes de la sociedad y el giro a la Sindicatura que tiene la disposición y administración. Los síndicos tienen que evaluar el dictamen de mantener la continuidad productiva. Eso se sustancia actualmente, un pedido de una cooperativa conformada por trabajadores, empleados que eran de Cotapa que decidieron (no todos) formar una cooperativa, se presentaron y plantearon esa posibilidad. Desde el Juzgado se pusieron una serie de requisitos para eso, hay una serie de pautas a cumplir para que se tome la decisión de continuidad o no de la actividad productiva”.

Acreedores privilegiados y quiebra directa

Con la sentencia de quiebra, el concurso preventivo que se sustanciaba quedó suspendido. Cuando los concursos preventivos fracasan, se declara la quiebra indirecta que es la continuidad del mismo proceso concursal. Pero en este caso puntual se decidió una quiebra directa. Es decir, fue pedida por acreedores privilegiados que no estaban en el acuerdo homologado del concurso preventivo y plantearon que la empresa no les pagó.

Como recién empieza la quiebra, no se saben bien cuántos acreedores son. En el Juzgado de Moia hay una foto a marzo abril de 2017, aunque está abierto el período para que se presenten nuevos acreedores a verificar su crédito ante la Sindicatura.

Actualmente la cooperativa de trabajo está trabajando sobre los bienes de Cotapa SA.

Estatización y privatización

Cotapa atravesó una crisis a mediados de los 90 y el Estado provincial salió al auxilio con un crédito a cambio de hipotecar el inmueble de calle Almafuerte. El crédito nunca se pagó. Pasados los años 2000 la empresa entró en concurso preventivo. Entre 2009 y 2010, el Gobierno provincial decidió tomar más de la mitad de las acciones para disolver la deuda del crédito hipotecario adeudado.  

Una crónica oficial de aquel momento (aún está publicada en la web el Gobierno provincial), recuerda con precisión las palabras del exgobernador al momento : “No estamos creando una empresa láctea provincial ni estamos generando reservas de mercado para nadie. Al contrario, con mucho idealismo práctico, pragmático, con voluntad de trabajo y la mirada puesta en el sostenimiento de muchas fuentes de empleo y emprendimientos familiares, tomamos esta decisión. Tenemos el firme objetivo no sólo de salvar a Cotapa, sino de hacerla crecer”.

El fiscal de Estado, Julio Rodríguez Signes, dialogó con Cuestión de Fondo sobre la intervención del Estado provincial en Cotapa. “Hubo un momento en los 90, una crisis importante, la provincia le hizo un préstamo a la cooperativa y lo garantizó con una hipoteca sobre el inmueble de calle Almafuerte 3102. Esa deuda nunca se pagó y Cotapa entró en un concurso preventivo después del 2000”.

“En la época que era ministro de Producción Roberto Schunk, él propuso una salida para Cotapa: que se conforme una Sociedad Anónima, que se constituyó con más del 50 por ciento de acciones como propiedad de la provincia (NdR: un proceso que se anunció en 2009 y se efectivizó en 2010). Es decir, el crédito de la provincia se convirtió en acciones. Se condonó la deuda del crédito hipotecario. Transitamos ese proceso, la provincia invirtió mucho dinero en sostener la empresa, pagos de sueldo, indemnizaciones, compra de insumos, lo que significa gestión empresarial hasta 2015. Ahí se decidió la venta del paquete accionario. Se vendieron dos empresas juntas: el Frigorífico San José y Cotapa. Se hizo una licitación pública y se presentaron dos empresas, San José quedó con capitales chinos (Criptam SA) y En Premieur se hizo cargo de Cotapa. La provincia se desprendió de los compromisos y transfirió el paquete accionario. Esto fue hace 7 años”, sintetizó.

Al momento de la venta del paquete accionario, el Gobierno provincial recibió duros cuestionamientos por el desprendimiento de capital. Se había invertido mucho dinero y, en su momento, el exdiputado del socialismo Lisandro Viale denunció que la empresa se estaba vendiendo mucho más barata de lo que se pagó cuando la compró el Estado.

Acevedo Díaz se hizo cargo en 2015 y en 2017 la empresa volvió a entrar en concurso preventivo de acreedores. Desde entonces, no se pagaron las deudas, no se cumplió con el acuerdo homologado en el Juzgado de Moia y extrabajadores pidieron la quiebra.

Acevedo Díaz, el empresario múltiple del urribarrismo

Cuando el Estado provincial vendió su participación mayoritaria, la Cooperativa Tambera de Paraná quedó en manos Juan Carlos Acevedo Díaz, titular de En Premieur SA. La firma fue constituida en junio de 2006 y dada de alta en la Administradora Federal de Ingresos Públicos (AFIP) en noviembre de 2013. El domicilio fiscal es en Godoy Cruz, Mendoza. Acevedo Díaz también figura como socio de la empresa Lisa Royal SA, según registros de AFIP.  

Las crónicas periodísticas de la época recuerdan que las acciones en Cotapa y el Frigorífico San José fueron licitadas por el Gobierno de la provincia y adjudicadas a En Premieur y Criptam SA, de capitales chinos. Además, en 2015 el gobierno de Sergio Urribarri promulgó una ley por la cual se entregaba a En Premieur SA 20 millones de pesos para reactivar la Citrícola Ayuí.

Unos años antes de desembarcar en Cotapa y el Frigorífico San José, el  22 de febrero de 2012 en el Boletín Oficial de la provincia, se publicó un contrato social donde se lee la constitución del Grupo Net, conformado por Acevedo Díaz; el exfuncionario kirchnerista Sebastián Lorenzo; y la esposa del publicista Ignacio Labarba, Amalia del Carmen Heinitz. La empresa fijó domicilio en Alameda de la Federación 117, piso tercero, departamento “C” de Paraná. Justo en el mismo domicilio donde funcionaba la empresa Think Comunicación que se ocupaba de la imagen del exgobernador Sergio Urribarri.

Memorias de las personas que todavía sostienen Cotapa

“Vacaciones obligadas”

Carlos Estrada, es presidente de la Cooperativa de Trabajo Cotapa Limitada que desde marzo, cuando Cotapa SA a cargo de Acevedo Díaz se sumergió en una nueva crisis, produce sobre las instalaciones de calle Almafuerte. En diálogo con Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral) contó: “Estoy desde 2002-2003. Entré haciendo pasantías de la Facultad. Hoy soy presidente de la cooperativa de trabajo que se formó y en lo que era Cotapa SA. Empecé en Créditos y Cobranzas, pasé por Logística, llegué a Ventas y terminé como jefe. Mi vida laboral ha sido acá, esta ha sido mi actividad principal. He vivido de todo. Arranqué con una cooperativa tambera, cuando ingresé estaba en crisis, pasó a ser un fideicomiso, después pasó a ser empresa del Estado, una sociedad mixta compuesta por la cooperativa, el Estado provincial y municipal. Después el Estado vendió las acciones a En Premieur. Eso fue los últimos siete años hasta ahora. No fueron buenos estos años. Se presentó un concurso de acreedores. Después, no cobrábamos el sueldo completo, sólo el 40%, tampoco cobrábamos aguinaldo”.

Estrada señaló que “por miedo de quedar en la calle, los empresarios lo siembran, aceptás y agachás la cabeza”. “Pasó el tiempo hasta que llegamos a marzo, se paralizaron las actividades y quedamos tirados sin corriente eléctrica. No estaba viniendo en esa época pero empecé a venir. Durante este proceso como gerente de ventas hice negocios que se cobraban con entregas pautadas que no se cumplieron, los proveedores reclamaron la mercadería. Entonces pasé los contactos de los dueños para que reclamen a ellos y me otorgaron vacaciones obligadas”, relató. 

“Fue un golpe fuerte porque en mi vida particular me he manejado seriamente y como toda la gente que está en Cotapa se siente parte y siente que es de uno, la defiende, es lo que la mantuvo en pie. Por más crisis, gracias a la pertenencia de la gente se mantuvo viva. Fue un golpe muy fuerte”, completó.

“Acevedo Díaz sólo destruyó”

Carlos Wagner hace 41 años que es parte de Cotapa. Es encargado de Recursos Humanos. En diálogo con este medio narró: “Hace 38 años que estoy en Recursos Humanos. Ingresé a los 17, al terminar la secundaria. Entré cortando bandejas. A los 3 o 4 años me llevaron a Recursos Humanos. Aprendí por gente que estaba arriba mío y el trabajo diario. Era una empresa seria, se trabajaba y uno aprendía. Llegamos a tener 232 trabajadores. Acevedo Díaz no sé si vino en un paracaídas o qué, pero cayó acá. Ha venido con intención de alguien de la política, desembarcó y solo destruyó. En ningún momento creció con él, empezó a caer y terminó así. Un personaje nefasto, nos mintió siempre, prometía y cada vez peor. Nos debe más de 200 millones de pesos. Siempre echaba la culpa a alguien, nunca se analizaba que lo que hacía era con otra intención. La última vez vino un socio a querer entrar y no lo dejamos, prometía pagar la deuda, el sueldo, decía que íbamos a cambiar de vida pero estábamos cansados. No lo dejamos entrar. Nos decía que había hablado con el juez y era mentira. La verdad siempre estuvo de nuestro lado, queremos trabajar, simple transparente, y vivir dignamente, nada más”.

“Los últimos 8 años fue lo peor que hemos padecido. Yo conocí otra empresa. Hubo falta de respeto por la cultura del trabajo, anomalías que por temor callamos, se fueron sumando hasta que terminamos en la calle. Ahí reaccionamos y tuvimos la fortaleza y suerte de encontrar gente que nos ayudó, porque es muy difícil. Cuando uno se cae y hay gente que hizo daños, se metieron con nuestra familia porque uno trabaja para llevar sustento a su casa y tener la dignidad. Ahora estamos recuperando la dignidad y agradecemos a los que nos ayudaron nos sacaron el miedo. Afrontamos la situación y hoy estamos con enormes posibilidades que esto salga adelante, premiar esfuerzo, trabajo, recuperar valores de una empresa que fue líder, la vimos caer y queremos levantarla, por culpa de personas nefastas que le hicieron mucho mal a la empresa y a nosotros”.

“Soy un agradecido de mi familia, mis amigos, mi familia es fundamental, señora, hijas, suegra, los amigos. Gracias a Dios cuando uno se maneja con honestidad los amigos aparecen, en momentos críticos cuando no había para pagar aparecían los amigos, los del futbol. Todo eso hizo que sacáramos fuerzas. Nunca me bajonee, tuve días en que miraba el techo y no veía el horizonte pero siempre me levantaba con optimismo de que en algún momento iba a cambiar. Ahora tenemos que reconstruir esto, lo vamos a hacer, no nos va a importar esfuerzo, horario, vamos a estar a disposición porque estamos a gusto, vamos a hacer lo que sea necesario para levantar esto”, cerró. 

Asesoramiento del Ministerio de la Producción de la Nación

José Abelli es asesor del Ministerio de la Producción de la Nación y está acompañando a los trabajadores que conformaron la nueva cooperativa. “Llegó un pedido del exministro entrerriano Juan José Bahillo y el intendente de Paraná Adán Bahl porque la situación acá era grave. Había una crisis social importante y Cotapa es una insignia, una de las marcas de la ciudad. Convocamos a los empresarios al Ministerio en Buenos Aires, bajo premisa de que la paz social es el elemento determinante. Hicimos una reunión y le dimos forma al acuerdo que llevamos al expediente judicial. La situación era difícil. La premisa de acuerdo con empresarios es que es más fácil vender una empresa funcionando que parada. No tenían los 70 millones para pagar a la empresa de energía. Pero Enersa estaba dispuesta a dar energía si se firmaban un acuerdo de pagar. Mantuvimos una reunión con el juez, a la fecha había deuda con proveedores, clientes, trabajadores, energía. Los trabajadores tenían un crédito verificado por los salarios adeudados, a noviembre de 240 millones de pesos, sin actualizar. Entonces el juez les dio la oportunidad a los empresarios y los trabajadores se pusieron a trabajar. Luego hubo otras acciones judiciales de extrabajadores por unos 6 millones de pesos y no lo pudieron pagar y se dictó la quiebra”, relató.  

Los trabajadores actuales se sienten agradecidos con Abelli. Lo remarcaron en distintas oportunidades y albergan la esperanza de continuar produciendo.