
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que habrá cambios en dos áreas de su organigrama. Desde el 1° de septiembre, la Dirección de Índices de Precios de Consumo quedará a cargo de la economista Josefina Rim, quien ya había ocupado ese puesto entre octubre de 2017 y diciembre de 2020.
Su regreso se produce tras varios años en Corea, donde completó un doctorado en Gestión de Innovaciones Globales para la producción de estadísticas de precios en la Universidad KAIST (Korea Advanced Institute of Science and Technology). Rim es licenciada en Economía por la Universidad Nacional de Cuyo, tiene estudios de posgrado en la Universidad Torcuato Di Tella y una maestría en Métodos Cuantitativos y Econométricos Aplicados por la Universidad Aix-Marseille, en Francia.
En el Indec reemplazará a Georgina Giglio, quien por motivos personales retomará funciones en la Dirección Provincial de Estadística de la provincia de Buenos Aires, informó un comunicado del organismo. La entidad que preside Marco Lavagna aclaró que Giglio seguirá vinculada al sistema estadístico nacional y mantendrá coordinación con la Dirección Nacional de Índices de Precios.
En paralelo, el Indec confirmó la salida del director de Estadísticas de Condiciones de Vida, Guillermo Manzano. La explicación oficial fue que la renuncia se debió a “diferencias de criterios y formas sobre la gestión de equipos”. La institución señaló que este cambio no afecta la producción de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) y subrayó que cualquier novedad de carácter metodológico “se comunicará oportunamente, en línea con las buenas prácticas estadísticas”.
Los movimientos en el área de precios se producen en un contexto en que la actualización del Índice de Precios al Consumidor (IPC) está en la agenda inmediata. Según un informe técnico del Fondo Monetario Internacional, el nuevo índice debería entrar en vigencia antes de fin de año. La discusión forma parte de la revisión de metas del programa económico, que incluye cuestiones estadísticas además de fiscales y monetarias.
La renovación del IPC busca adecuar la canasta de bienes y servicios a patrones de consumo más recientes. Los estándares internacionales recomiendan hacerlo cada cinco o diez años, a fin de que el indicador no pierda representatividad. La última encuesta de gastos de los hogares utilizada para el cálculo en la Argentina data de 2017/2018, y desde entonces se acumularon postergaciones.
Fuentes del Indec indicaron que el trabajo técnico ya está concluido y que sólo resta la validación institucional para poner en marcha la actualización. El Ministerio de Economía, consultado sobre los plazos, evitó precisar cuándo será la implementación. El FMI, en tanto, consignó en su último reporte que la fecha exacta se definirá en la próxima revisión de metas, prevista para enero.
De acuerdo con estimaciones privadas, la nueva canasta implicará un reacomodamiento en el peso de varios rubros dentro del índice. Alimentos y bebidas no alcohólicas, que actualmente representan el 26,9% del total, bajarían a 22,7%, una disminución de 4,2 puntos porcentuales. Prendas de vestir y calzado pasarían de 9,9% a 6,8%, mientras que Restaurantes y hoteles retrocederían de 9% a 6,6%. También registrarían descensos salud (de 8% a 6,4%), bebidas alcohólicas y tabaco (de 3,5% a 2%) y equipamiento del hogar (de 6,4% a 5,5%).
En sentido inverso, algunos ítems ganarían participación. Vivienda, electricidad, gas y otros servicios públicos crecerían de 9,4% a 14,5%, lo que implica un salto de 5,1 puntos. Transporte subiría de 11% a 14,3%, es decir, 3,3 puntos más. Comunicaciones aumentaría de 2,8% a 5,1%. Recreación y cultura, en tanto, subiría a 8,6%, bienes y servicios varios a 4,4% y educación a 3,1%. Estos cambios muestran que en el futuro la evolución del índice reflejará con más fuerza los ajustes en tarifas, transporte y servicios de comunicación.
Fuente: Infobae