Por Colectivo de Trabajadores por la Ventana (*)
Los jubilados y jubiladas de la República Argentina, de forma activa, hemos trazado un norte de lucha con marchas y concentraciones, enfrentando al modelo de ajuste continuo y represión sistemática, que ejerce el gobierno de Javier Milei, contra quienes protestan y reclaman lo que nos pertenece. En las provincias, como Entre Ríos, la lucha por los sistemas previsionales solidarios e inter generacionales tiene una larga historia de poner el cuerpo, de organizar, de estudiar, de refutar, de dialogar por una forma de vida más comunitaria, mutualista y complementaria.
Asumimos luchar con respaldo teórico-ideológico dónde lo primero es concebirnos “jubilados/as activos”, de ninguna manera pasivos ni mucho menos retirados. El sistema nos quiere lejos de la discusión pública de lo que nos pertenece, y así de esta manera despojarnos de nuestro patrimonio aportado por décadas en nuestra vida laboral. Obviamente que nos alentamos al descanso, la recreación, la diversión y el disfrute de nuestros hijos y nietos, pero eso no invalida el interés político, como parte de la clase trabajadora a la cual pertenecemos, dejando la cuestión pública en una delegación.
Este momento histórico feroz y cruel es incluso más deshumanizado de lo que vivimos en los años 90 con las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) de capitación individual (modelo impulsado hoy día por la UOCRA y Petroleros). Acudimos a la memoria reciente de la resistencia porque tenemos la responsabilidad histórica generacional de seguir produciendo hechos pedagógicos rebeldes que sacudan la inercia de la des-alfabetización política en la que la gran mayoría de la población está inmersa, producto de los discursos “antipolítica, anticasta, antigremios”; siempre, de lo que se trata es de poner al Estado como subsidiario del mercado, bajo el falaz argumento del “déficit fiscal” para privatizar el país en función de sus propios beneficios.
Esta generación de jubilados educa con la propia práctica rebelde, esgrimiendo también la historia reciente, recordando a Norma Pla, cuando enfrentaba al ministro de Economía, Domingo Cavallo, durante el gobierno neoliberal del peronista Carlos Menem a mediados de los 90 del siglo pasado, por las jubilaciones de hambre de aquellos años y que nunca, ningún gobierno de los que vinieron después llevó los valores al 82% móvil de los salarios en actividad.
Este nuevo proceso de concientización en las calles, como aulas a cielo abierto, se hicieron eco de las vivencias angustiantes y desde esa potencia interior, lo íntimo se hace público y demanda contra los anodinos intereses privados representados por el gobierno del Estado.
¿Qué es la previsión jubilatoria? ¿De dónde venimos?
Prever es anticipar para atender contingencias o necesidades previsibles. Antes de la revolución industrial como no había trabajo formalizado de relación capital-trabajo los arreglos eran inter-generacionales. Con las transformaciones productivas el trabajador comienza a vender su fuerza de trabajo y comienzan distintas formas organizativas de resistir a la explotación capitalista. Aparecen las asociaciones voluntarias, de autoayuda, mutuales, cooperativas, socorros mutuos, sindicatos…Esas ideas de fraternidad obrera llegan con los inmigrantes, abrevadas en las ideas de tendencias anarquistas y socialistas. Con el tiempo, años 20/30, Argentina va a ir adoptando el sistema de seguridad social alemán creado por Otto Von Bismark (1883). El llamado estado de bienestar buscaba frenar las luchas obreras alemanas a cambio de apoyo político. Consiste en un contrato intemporal que abarcaba seguro contra enfermedades, accidentes de trabajo y vejez. Este sistema de seguridad social ata las jubilaciones al mercado laboral. La consigna
“Resignar consumo presente para asegurar consumo futuro”. En Argentina ese modelo va llegar a su esplendor en los años 50/60 y hasta los 70 que comienza a desmantelarse el estado para adoptar los ajustes neoliberales.
El sistema previsional nacional se ha sostenido sólo en parte con recursos contributivos. Las asignaciones específicas de impuestos, una porción del IVA, ganancias, cigarrillos, combustibles y aportes del tesoro van a dar lugar en el año 2007 al fondo de sustentabilidad y garantías del Anses, y que los últimos gobiernos vienen manoteando esos millonarios recursos.
En nuestra provincia, como manda la Constitución de Entre Ríos, y la ley 8732/93 los salarios deben ser con aportes y contribuciones, atados a las paritarias de los activos y que se respete el 82% móvil.
Los trabajadores activos y jubilados hemos defendido el sistema jubilatorio entrerriano gobierne quien gobierne y hemos evitado su transferencia a la Nación. Las erróneas decisiones políticas y la demagogia han llevado a atentar contra nuestro patrimonio vital, desfinanciando nuestro régimen.
Como premisas reafirmamos: los gobiernos son los responsables indelegables e intransferibles en la administración de las cajas previsionales. Ejercemos el derecho humano a la jubilación digna, que respete el sistema solidario e intergeneracional considerando central el 82% y la movilidad. Y no tienen derecho a pedirnos sacrificios a los que hemos aportado y trabajado 20, 30, 40 años.
(*) Agrupación de docentes integrantes de la Multicolor, línea interna de AGMER