El Colectivo Cimarrón, una agrupación docente que no se identifica con los sectores gremiales de la conducción -Celeste y Blanca; y Rojo y Negro-, cuestionó el acuerdo salarial al que arribó la Asociación Gremial del Magisterio de entre Ríos (Agmer) y el Gobierno de Entre Ríos.

“En la tarde de ayer se hizo público el acuerdo al que se arribó entre la conducción de Agmer y el Gobierno provincial: un aumento del 20 por ciento sobre el salario de febrero, con la promesa de retomar la discusión salarial a mediados de octubre. El acuerdo despertó malestar y disconformidad en muchxs compañeros de escuela”, consideraron en un comunicado de prensa. Agregaron que “pese a los intentos de la patronal por confundirnos con porcentajes engañosos, es insoslayable que la oferta que se aceptó es un espejo de la que fue rechazada en dos oportunidades, y que motivó -incluso- medidas de fuerza, como el paro y la movilización departamental del viernes 9 de septiembre. Sin embargo, la urgencia y el desvalimiento nos tienen corriendo nuevamente detrás de la zanahoria”, graficaron.

En esa línea, señalaron: “Si la propuesta aceptada es comparada con la inflación acumulada pero no con la canasta básica y si el aumento es a febrero y no a agosto, entonces sólo podremos hablar de recomposición salarial y no de aumento de salario. El 16 % perdido durante la pandemia y la inflación mensual proyectada para el resto del año, la situación del Instituto de la Obra Social de la Provincia de Entre Ríos (IOSPER), la falta de estabilidad laboral de referentes técnicos y equipos interdisciplinarios, la insuficiencia del código 029, son algunas fotos de un paisaje que no avizora un escenario favorable si no es de lucha”.

Por último, opinaron que “lo acordado ayer dispara una serie de interrogantes que nos interpelan sobre el salario docente y la canasta básica, sobre la eficacia de la negociación sin lucha; interrogantes que el malestar en las escuelas parece responder”.