En el primer tiempo quedó evidenciado que ya la doble competencia les empieza a pasar factura. Recién va un partido de Copa Sudamericana, pero lo cierto es que ambos entrenadores decidieron preservar a jugadores titulares y figuras en sus respectivos equipos. El entrerriano Luciano Leguizamón y Óbolo, en el local, y Villar y Ramírez, en el visitante.

Dentro de un panorama discreto, fue el Tomba el que hizo un poco mejor las cosas, fundamentalmente, por el correcto trabajo del mediocampista Ariel Rojas. Con él como bandera, más algunas buenas pero discontinuas apariciones de Leandro Caruso, la visita tuvo dos buenas chances en esa primera mitad: en la inaugural el propio Caruso pateó apenas afuera, y en la segunda Campestrini se lució para ahogarle el grito a Cabrera. Lo de Arsenal, en cambio fue muy tibio porque le faltaban sus dos referencias de ataque y Blanco Leschuk y Zelaya nunca pudieron sintonizarse con el resto de su equipo.

En el complemento, el que arrancó mejor fue el local, que estuvo cerca de desnivelar sobre el minuto de juego, cuando Torrico despejó un buen disparo de Torres. Sin embargo, el gol fue mendocino: Caruso sacó un lindo centro desde la izquierda y Álvaro Navarro ganó de arriba para sentenciar a Campestrini.

Con el gol hubo más espacios porque Arsenal tuvo que salir decidido a cambiar su suerte y el partido ganó en dramatismo. El equipo de Da Silva, que ya en ese entonces tenía en cancha a Ramírez y Villar, tuvo tres chances muy claras para sentenciar el juego antes de tiempo, pero Caruso se encargó de despilfarrarlas. Los del Viaducto fueron todo empuje, cero juego y terminaron a pura impotencia.

Sobre el cierre, en la anteúltima jugada del partido, una contra bien comandada por Villar terminó con el toque de Ramírez, abajo del arco, para estirar diferencias a dos. Arsenal logró el tanto del honor, gracias a Óbolo, 30 segundos más tarde, antes del pitazo final de Pezzotta, señala TyC Sports.