¿Qué ocurrió para que surgieran las sospechas de una posible fuga? 23 miembros de la banda de Los Monos fueron procesados el 29 de diciembre pasado por primera vez en el fuero federal por un delito vinculado a la comercialización de drogas. En el fallo que rubricó el juez federal Marcelo Bailaque definió que Máximo Ariel Cantero, conocido como Guille y Jorge Emanuel Chamorro, uno de los lugartenientes, fueran trasladados a la penitenciaría federal.

En Santa Fe no hay una cárcel federal, por lo que -según Carlos Varela, abogado de Los Monos- se evaluaba un traslado al penal de Ezeiza, donde están alojados jefes narcos como el rosarino Mario Segovia, conocido como "el rey de la efedrina" y los prófugos recapturados por el triple crimen de General Rodríguez Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci.

El día en que se supo que los tres convictos que se habían escapado el 27 de diciembre de General Alvear estaban en San Carlos, escondidos en una tapera, Los Monos amenazaban con iniciar un motín en Piñero. La amenaza terminó con el anuncio de una huelga de hambre de Guille Cantero, que nunca cumplió.

El ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro aseguró en diálogo con La Nación que "se tomaron los recaudos necesarios para evitar cualquier intento de fuga, por lo que se decidió trasladar a los miembros de esta banda a otro pabellón donde hay mayor control". "Se reforzaron los inhibidores de señales para impedir que se comuniquen por celulares", dijo el funcionario. Una de las versiones que llegó a la cartera de Seguridad es que miembros ligados a este grupo narcocriminal habían comprado cinco ametralladoras para realizar un "rescate" de Los Monos y habían planeado ingresar por un sector del complejo penitenciario que está en remodelación.

En junio pasado se concretó la fuga de dos presos comunes, Joel David Pucheta y Gastón Ezequiel Medina, luego de que un grupo los fuera a "rescatar" en una Volkswagen Amarok disparando con ametralladoras. El fiscal de Flagrancia Álvaro Campos dijo que había cuatro penitenciarios que fueron investigados por facilitamiento doloso de evasión.

Ante esta situación desde el Servicio Penitenciario se iniciaron requisas celda por celda, algo que arrojó que fueran incautados ocho teléfonos celulares. Ninguno de los aparatos -que están siendo sometidos a peritajes- estaba en poder de los Cantero, pero no se descarta que otros internos escondieran los móviles de los miembros de la banda. En un tubo de pasta de dientes presuntamente de Guille Cantero se incautó un chip de celular y dos pend drive entre las pertenencias de su padre, Ariel Máximo Cantero, que fue detenido en mayo pasado en un carro de ciruja en la zona sudoeste de Rosario.

La preocupación se activó porque ya se han escapado de la cárcel miembros de esta banda y hay otros que se mantienen desde 2012 prófugos como Ramón Machuca, alias Monchi, uno de los líderes de este grupo. El 14 de enero de 2015 se escapó de la Jefatura de la Policía Juan Domingo Ramírez, un sicario de Los Monos, que había sido detenido por la policía.

Según se pudo establecer en la investigación que realizó la magistrada Alejandra Rodenas, Domínguez negoció -a través de su esposa- su huida con miembros de la División Judiciales de la Policía. Según declaró la mujer de Ramírez, los efectivos de esta brigada de elite -que capitaneó la persecución contra los Cantero en el fuero provincial junto con el juez Juan Carlos Vienna- le pidieron "200.000 pesos para dejarlo en libertad y no matarlo". La esposa de Domínguez les hizo otra oferta, un Citroën C3 que era de su padrastro.

El manejo de los hilos de la droga

Después de que quedaran procesados por la justicia federal, los integrantes de Los Monos que están presos temen que los trasladen a otro penal donde no tienen las influencias que tejieron en Santa Fe. A principios de diciembre, tras una investigación que encabezó la Policía Federal y el titular de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), Diego Iglesias, se estableció que los líderes de este grupo sorteaban los inhibidores de señal de celulares utilizando un teléfono fijo a través del que seguían manteniendo los hilos y el control de la organización narcocriminal.

Con un cable de teléfono fijo que alguien del Servicio Penitenciario de Santa Fe les suministraba, daban las directivas a sus mujeres, que eran las que controlaban los hilos de la venta de drogas. Hasta que el gobierno de Santa Fe instaló tecnología para impedir que hablaran con los smartphones dentro del penal, Los Monos usaban sus celulares, como lo adelantó La Nación en marzo pasado, cuando trascendió una serie de escuchas telefónicas en las que "Guille" Cantero ordenaba atentados con sus "soldaditos" y señalaba dónde instalar búnkeres en casas que debían ser usurpadas. Esas escuchas estaban en 30 CD que fueron entregados por la policía al juzgado provincial N° 5.

"Javito", un prófugo muerto

Javier Monzón, de 19 años, alias "Javito" sicario de la banda de los Monos, acribillado el miércoles de la semana pasada en la zona sur de Rosario, estaba prófugo por el asesinato de Luis Bassi, padre de Luis "Pollo" Bassi (h), grupo enemigo de los Cantero, que manejan a la banda de los Monos. "Javito" fue asesinado de 18 balazos antes de que la policía de Santa Fe lo encontrara. Javier Monzón debía cumplir un arresto domiciliario, pero hace meses había desaparecido de su casa.

Foto: La Nación.