Por Julián Stoppello, para Entre Ríos Ahora

Ella nombró a sus padres cuando subió a recibir el premio Hugo al mejor unipersonal musical por la obra La Fiera. Agradeció a sus padres y los convocó por sus nombres. Iride Mockert es hija del talentosísimo músico entrerriano Jorge Mockert, fallecido el 26 de mayo de 2008 a los 49 años.

Ella creció entre Santa Fe y Paraná, con su madre en una orilla del río y su padre en la otra. De sus visitas a la ciudad, frecuentes, Iride recuerda especialmente dos juegos que provenían de la naturaleza del padre.

“Nos encerrábamos con mi hermano y mi papá y hacíamos recitales, yo con la flauta dulce, Jorgito con percusión y papá con el piano. Tema tras tema, hacíamos solos y cada tanto la llamábamos a mi abuela y le hacíamos recitales a ella. Pasábamos toda la tarde en eso”, dice Iride y cuenta que no había programa de tele que pudiera competir con las ganas de improvisar sonidos e inventar canciones entre los tres.

Otro plan de Jorge, rememora, eran los paseos por el Parque Urquiza con todos los gurises de la familia. “Él siempre fue como el tío de la familia y nosotros somos como veintipico de primos y mi papá nos llevaba a todos por el Parque, hacíamos como todo un circuito, con los primos, había algo de la manada en eso que lo relaciono con el teatro, es en grupo, es con el otro, no es salvarse solo, son valores que se enseñan cuando sos chico: se lo debo a mi padre el sentido de la manada y del otro para poder jugar”.

Es tan fluido el recuerdo y tan directa la relación con la experiencia de su vida que la conversación debería, incluso, seguir en los detalles de los paseos y los recitales, porque según cuenta ella, ahí nace la raíz de lo que vino después. El origen es el motivo de la belleza que dibuja esos instantes con precisión de paisaje diáfano y sereno.

Pero la conversación sigue. Ella intentó de chica con dibujo, con danza, expresión corporal. Pero nada de eso lograba retenerla por más que algunas semanas, hasta que probó con la música y se quedó ahí a jugar por mucho tiempo, por años, ensayando con el oboe largamente. Hasta que por alguna esquina entró el teatro, ya en la secundaria, ya con decisión. Tanta decisión que en pleno 2001 se fue a Buenos Aires a estudiar en el Instituto Universitario Nacional de Arte. Al mismo tiempo resolvió trabajar y trabajar de lo que había ido a estudiar: el primer casting fue para La Isla desierta y resultó seleccionada. Desde entonces no paró de trabajar en teatro, aunque también hizo experiencia en cine, televisión, publicidad.

“Si hay algo que heredé de mi madre, y de mi papá también, es confiar en el trabajo y siempre estuve trabajando en función de lograr lo que quería”, describe. Su experiencia teatral es amplísima más aún si se revelan sus 29 años. Trabajó con verdaderos maestros y fue construyendo su vocación de tal modo que su nombre en la actualidad se asocia a las propuestas teatrales más veneradas por talento y calidad. Algo así sucedió con La Fiera el unipersonal que dirigida por Mariano Taconi Blanco y por el que fue premiada con el prestigioso galardón Hugo entregado la semana pasada en La Usina de Arte en Buenos Aires.

“En teatro he trabajo mucho, es lo que más hago y lo que más me gusta, hay algo de aquí y ahora, en vivo y en el escenario y lo que sucede con el público, es irrepetible, la cosa del vértigo y el juego”, comenta, entre palabras que se superponen para contar lo que inspira la acción.

Al mismo tiempo, sin embargo, Iride acaba de efectuar su decidido desembarco en la tele y en el universo más popular de la tele. Ella realizó el casting y fue seleccionada para hacer un personaje permanente en la historia que produce Sebastián Ortega para Telefé: Viudas e Hijas del Rock and Roll.

De este modo lo cuenta en su sitio la periodista de espectáculos Laura Ubfal, “la talentosa Iride Mockert” es “una gran revelación del circuito teatral del off…y ahora es Iaia; una mucama paraguaya, que es la amante de Emilio (Luis Machín) jefe del clan familiar y aristocrático de los Arostegui, casado con Inés (Verónica LLinás)”. Ubfal augura que el personaje de Iride dará que hablar, en la comedia de Underground que se ve por Telefe.

“Esto de viudas está buenísimo porque es mucho aprendizaje y a la vez la tele tiene algo tan efímero, haces una toma de la escena y ya quedó grabada, al principio yo me iba angustiada porque pensaba que podría haber hecho esto o aquello, pero si tenés un personaje, entre comillas, estable, mañana podes intentarlo. Eso te lo da un personaje con estabilidad, de poder probar y profundizar en el aprendizaje con la cámara que es toda una historia”, narra.

Fascinada con la posibilidad de trabajar con actores del nivel de Machín o Juan Minujín, Verónica Llinás o Paola Barrientos, por mencionar algunos de ellos, Iride avanza en los dos frentes: con tres o cuatro grabaciones semanales para la tira más exitosa de la tevé argentina y con el trabajo teatral que la ubicó como una de las revelaciones del ámbito nacional.

En eso anda, por estos días, Iride Mockert, la hija del querido Jorge Mockert, la chica que jugaba por acá en el Parque, absorbiendo del padre la pasión musical y la confianza en el otro, como parte vital para integrar un grupo o una manada, porque en definitiva solamente así, dice ella, se puede disfrutar del juego y de la vida.