San Lorenzo va de mal en peor. A los magros resultados en el Torneo Apertura, más lo comprometido que está con su exiguo promedio, muy cerca de la Promoción, ahora la situación se agravó, luego de que este miércoles por la tarde el plantel recibiera la visita de la barra brava, que entró al entrenamiento a puertas cerradas y le pegó a Jonathan Bottinelli, defensor del Ciclón.
Según los pocos testigos que hablaron del hecho (la práctica era a puertas cerradas), un grupo de barrabravas irrumpió en el entrenamiento para pedirle al equipo mayor actitud y que le ganen a All Boys el domingo, un partido clave en la lucha por no descender.
Néstor Ortigoza y Pablo Migliore quisieron poner paños fríos y dialogaron en buenos términos con los violentos, pero Jonathan Bottinelli no soportó la situación, los encaró, tuvo una discusión muy subida de tono y terminó a golpes de puño con uno de los barras.
El defensor se retiró con un ojo en compota y varios futbolistas se fueron con claros signos de haber sufrido una crisis nerviosa, informa Cancha llena.
Seguramente surjan voces que quieran explicar que la salida de Asad pueda “descomprimir la situación”. Sin embargo, la crisis institucional que sufre el Ciclón es muchísimo más grave que la falta de resultados.