El equipo de Alejandro Sabella tomó la iniciativa y contó con algunas chances para adelantarse. La primera fue un gol anulado por posición adelantada de Gastón Fernández, quien un rato más tarde lo perdió de cabeza, y luego Enzo Pérez exigió a Cristian Campestrini con un bombazo.
Los dirigidos por Gustavo Alfaro tardaron unos minutos en acomodarse y luego no sufrieron demasiados contratiempos. En ataque fue todo demasiado tibio y sólo acercó peligro al arco defendido por Agustín Orión con un remate de Claudio Mosca que fue al cuerpo del guardameta.
El primer gol de Vélez, más allá de que haya existido o no alguna notificación hacia los jugadores, se sintió. El León comenzó a repetir imprecisiones, perdió protagonismo y la impaciencia de los hinchas empezó a caer sobre el campo de juego en forma de murmullos.
A medida que el reloj avanzaba, los nervios iban en aumento y el horizonte se veía cada vez más oscuro. Como si fuera poco, cada ataque de Estudiantes se encontraba con un Campestrini invulnerable frente a los intentos de Enzo Pérez, la Gata Fernández y Federico Fernández.
A los 13 minutos, Juan Sebastián Verón pidió el cambio y Sabella mandó a la cancha a Rodrigo López. Justamente el ex Vélez se convirtió en el gran héroe del Pincha con los dos goles que decretaron el triunfo sobre Arsenal y abrocharon la conquista de un nuevo campeonato para las vitrinas del club.
El primero llegó a los 28 minutos, con un cabezazo tras un tiro de esquina desde la izquierda que pareció desviarse en la Gata Fernández (salió a festejar como si hubiese sido suyo). El segundo fue a los 41 minutos y con un nuevo frentazo, aunque en esta oportunidad con calidad para colocarla junto a un palo.
El Pincha volvió a definir un encuentro por medio de su fórmula más efectiva, la pelota parada. La pegada fantástica de Leandro Benítez, quien además estuvo cerca de convertir con un latigazo que salió apenas arriba, abrió el camino para un título que se sufrió mucho y se festejó aún más.
Se terminó un semestre muy complicado para Estudiantes, en el que sobraron los problemas y se logró el objetivo con el último aliento. Así se conquistó el quinto título local, que compartirá vitrina con el Metropolitano 1967, Metropolitano 1982, Nacional 1983 y el Torneo Apertura 2006, señala TyC Sports.