Álvaro Moreyra
La mayoría de los deportes se dividen en ramas: la femenina y la masculina. Es muy común observar en gran parte de las disciplinas que las programaciones, las nóminas de deportistas o los resultados están divididos en mujeres y varones. A partir de esto es que se cae de maduro que hombres y mujeres compiten separados en casi todos los deportes.
Según los expertos la historia debe ser así, se debe a las distintas capacidades físicas de ambos; de hecho los entrenamientos para uno y otro sexo son diferentes.
Igualmente, de un tiempo a esta parte, los números e indicadores marcan que la brecha ya no es tan grande, salvo excepciones que, como siempre en estos casos, confirman la regla.
Además, en aquellas disciplinas donde no hay distinción de sexos, las mujeres han equiparado los resultados finales, algo que se vio, por caso, en varios Juegos Olímpicos.
De todos modos, esos deportes donde compiten de igual a igual son pocos; los menos. Es que prevalecen aquellas excepciones que confirman que las capacidades de cada sexo influyen en demasía en el rendimiento como para tener una sola rama.
Por citar un ejemplo, en pruebas atléticas de pista o en una competencia de natación, si bien se compite por separado, se mantienen las mismas condiciones de competencia y los tiempos se han equiparado enormemente.
En otras actividades, las mujeres siguen destacándose sobre los hombres, como en la gimnasia. Si bien la historia está equiparada, todavía hay diferencias.
También, en una actividad donde no hay distinciones, les va bien a las mujeres en las especialidades del deporte motor. Tal vez no sea tan notoria la participación de ellas en el deporte tuerca, históricamente relacionado con los hombres en la Argentina y en el resto del mundo, pero hay excepciones que marcan que tanto hombres como mujeres pueden correr palmo a palmo y realizar lo mismo de manera muy pareja.
El automovilismo es entonces uno de los deportes donde hay mayor paridad y el fin de semana que pasó, una entrerriana dejó bien marcada esa igualdad: Nadia Cutro.
La concordiense se convirtió en la primera mujer en consagrarse monarca en el Rally Argentino, un hito sin precedentes al menos hasta la actualidad.
Una vida con rugir de los motores
La vida de Nadia Cutro está vinculada casi desde su nacimiento con el mundo motor. Es hija de Oscar Cutro, un reconocido piloto del Rally Entrerriano, varias veces campeón en los caminos de la provincia.
(Más información en la edición gráfica número 1070 de la revista ANALISIS del 9 de noviembre de 2017)