Golpes millonarios, narcotráfico al por mayor y estafas han sido sus rubros delictivos predilectos en los últimos años. Aunque ha quedado marcado en algunos robos en varios legajos judiciales, y nombrado como proveedor de vendedores de drogas en otros expedientes, se las ingenió para esquivar las cárceles entrerrianas, sea con penas bajas o con suspicaces desvinculaciones de causas. Leonardo Gabriel Garcilazo, a sus 36 años, mantiene hoy un perfil bajo, aunque nadie lo cree retirado del delito.
J.A.M.
El socio de Daniel “Tavi” Celis en varias empresas delictivas, ha dejado su sello en toda la provincia, y también en Santa Fe, donde nació, se crió y comenzó su carrera como asaltante. Está en la mira de varias investigaciones, pero hasta ahora ha demostrado cierta audacia para continuar en libertad; sobre todo tras haber estado en el centro de una causa por presuntos delitos cometidos en el ámbito de la Municipalidad de Paraná, que algunos llaman “el eslabón perdido de Tribunales”. También ha quedado comprometido en escuchas telefónicas en una causa por narcotráfico, en la que ni siquiera fue indagado. Por ahora, Leonardo Garcilazo, más conocido como “Cepillo”, que acaba de cumplir una pena condicional, sigue disfrutando de su emporio de bienes y propiedades que intenta disimular en su casa del barrio Francisco Ramírez.
Esta barriada más conocida como “el Pancho”, ubicada a unas siete cuadras del centro cívico (Casa de Gobierno, Legislatura, Tribunales y Jefatura de Policía), se ha convertido en los últimos años en un shopping de droga. Si bien son varios los narcos que comparten el territorio para la venta de marihuana y cocaína, el nombre que permanece es el de Leonardo Garcilazo. Pero hasta ahora, ni una causa federal lo ha tenido como imputado, aunque sí ha aparecido nombrado.
La investigación en la cual ha quedado más expuesto con escuchas telefónicas fue la que terminó en una condena de prisión para el narco de Puerto Viejo, Cristian Larrosa. En la sentencia del Tribunal Oral Federal de Paraná, de 2014, se remarca el informe de Gendarmería Nacional sobre “la relación existente entre el imputado y Leonardo Garcilazo alias “Cepillo”. Se dispuso la intervención del celular de este último, pero al parecer no se obtuvieron conversaciones referidas al negocio ilícito como para indagarlo. Aunque en otro informe de la fuerza federal sobre los resultados de las escuchas telefónicas a las líneas intervenidas, “se destacan conversaciones que demuestran la frecuencia de trato del imputado con ‘Cepillo’ Garcilazo y Gladys Chacón (otra sospechada)”, sostiene el fallo mencionado, y agrega: “Hay una conversación en la que Larrosa encriptadamente le dice a Garcilazo que la (droga) que le mandaron es de baja pureza, a lo que le contesta Garcilazo que se la dé a Pablo por menos dinero y que el jueves llegaba con todo el estupefaciente”.
Se trata de una conversación por demás elocuente del rol de proveedor de cocaína que tuvo Garcilazo, al menos en ese momento; con pruebas similares o de menor claridad, hay varias personas que al menos han sido llevadas a juicio en Entre Ríos, como integrantes de bandas narco.
(Más información en la edición gráfica 1106 de la revista ANALISIS del jueves 10 de octubre de 2019)
