Por primera vez un estudio científico registró el grado de contaminación con basura plástica en las costas del río Paraná y los resultados son alarmantes. La presencia de microplásticos se detectaron incluso en los intestinos de algunos peces como el sábalo. Las derivaciones de esta anomalía no fueron investigadas todavía, pero se presume que nada bueno puede esperarse de semejante ingesta involuntaria. El biólogo paranaense que lideró los trabajos de indagación, Martin Blettler, ahora llevará adelante un relevamiento financiado por la National Geographic que analizará el aporte en este tipo de desperdicios que se realiza a través de los arroyos que desembocan en el río. Se tomarán muestras de las ciudades de Paraná y Rosario para determinar qué trae ya el curso de agua y cuál es el nivel de mugre que vuelca cada urbe.
Silvio Méndez
Restos de plásticos enterrados en lugares recónditos y casi inaccesibles han sido hallados en la zona de islas en la cuenca media del río Paraná. Esta presencia, dice el doctor en Ciencias Biológicas Martin Blettler a ANÁLISIS, da cuenta que este problema de contaminación se arrastra de vieja data y que si bien es explícito para todos, hasta ahora no se había estudiado en profundidad.
Blettler es investigador adjunto del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el Instituto Nacional de Limnología (INALI) que comparte con la Universidad Nacional del Litoral. Desde 2016 junto a un grupo de trabajo viene estudiando la presencia de microplásticos en las cosas de Paraná, Santa Fe y Rosario. Ahora se han comenzado a dar a conocer los resultados que los han arribado y los mismos son preocupantes, ya que, en comparación con registros en ríos de otros puntos del planeta, en este sector del Paraná son más densos.
“La investigación y estudio nace por un problema bastante obvio y que por alguna razón los científicos no lo habíamos atendido anteriormente, que es el problema de la contaminación por plástico, que es algo completamente visible. Es un contaminante que cualquier persona lo pueda visualizar. Esto hace que, con sólo salir y encontrarse en el medio, pasear, correr, hacer algún deporte acuático o estando en la margen del río uno entra en contacto con el problema. Uno no puede dejar de ver el problema está presente. Entonces en este sentido decidimos abordar esta problemática bastante obvia –insisto–, pero que por algún motivo no había sido abordado previamente, al menos no en la magnitud que debe serlo”, detalló el científico.
El investigador contó que comenzaron desde los estudios más básicos, que fue el determinar de qué residuos era el más abundante. “Los plásticos no son todos iguales. Los hay muchísimos de los tipos distintos de plásticos comerciales. Y de este residuo cuál es el producto que más se encuentra.
Queríamos comenzar a entender la distribución que tiene. No es algo que se distribuya homogéneamente en el río, sino que está sectorizado en donde se deposita, y que son especies de sumideros de plásticos en relación a otros en los que se encuentran en muchísima menos densidad. Queríamos saber cuál era la densidad, cuánta es la cantidad de plástico que está transportando en estos momentos el río Paraná. Por lo menos en el sector medio que lo hemos abordado, como en Paraná y otras ciudades como en Rosario y en Santa Fe sobre la margen de la Laguna Setúbal. Este fue el criterio para comenzar el trabajo y los objetivos primarios que nos planteamos”.
(Más información en la edición gráfica 1106 de la revista ANALISIS del jueves 10 de octubre de 2019)