
La actriz Mirta Azzano interpreta a Adela, una mujer que enfrenta el deterioro de su memoria.
La obra "Adela, todavía estoy acá", dirigida y escrita por Lorena Velázquez e interpretada por Mirta Azzano, se presentará en Paraná luego de una gira que incluyó funciones en La Plata, Navarro, Santa Teresa y Mar del Tuyú. Se trata de un unipersonal que aborda el proceso de pérdida de memoria asociado al Alzheimer, a través de la historia de una mujer que fue médica ginecóloga especializada en reproducción asistida y que, poco a poco, comienza a atravesar las distintas etapas de la enfermedad. La propuesta, que comenzó a pisar los escenarios en agosto, busca poner en escena una problemática médica y social que afecta a miles de familias.
En el escenario, el público acompaña a Adela en su recorrido que transita recuerdos y olvidos. El texto fue concebido con una estructura fragmentaria, que reproduce el modo en que la memoria se deshilacha en quienes padecen Alzheimer. Las escenas se organizan en bloques temáticos guiados por lo emocional, aspecto que permite recrear la experiencia mental de la protagonista y el modo en que su identidad intenta recomponerse frente al avance del deterioro.
En un diálogo que mantuvo con Análisis, la actriz Mirta Azzano sostuvo que la construcción del personaje surgió de un proceso de investigación y de intercambio creativo con la directora. "La propuesta original fue mía, porque tenía ganas de trabajar en una narrativa vinculada al Alzheimer. Lorena me propuso un texto que ya venía escribiendo y comenzamos a darle forma juntas. Ella eligió que el personaje fuera médica, porque se trata de alguien que se dedica a crear vida y que, sin embargo, empieza a perder la suya". Azzano contó que se dedicó a estudiar tanto los aspectos médicos del personaje como las transformaciones emocionales que atraviesa una persona con esta enfermedad, intentando ponerse en la piel de alguien que sabe lo que le espera, pero no puede detenerlo.
La pieza, según la actriz, busca "visibilizar una enfermedad que no distingue clases ni edades, pero también rescatar el valor de la memoria como espacio de identidad". Por eso, la propuesta no se queda solo en la descripción clínica del Alzheimer, sino que intenta construir un territorio de empatía. A través del diseño lumínico, el trabajo corporal y las proyecciones, la obra propone ponerse en el lugar del otro, a experimentar desde adentro el desconcierto de una mente que se apaga pero que no se rinde. La interpretación de Azzano se apoya en esa fragilidad y en la voluntad de resistir. Su Adela no se victimiza, por el contrario, intenta sostener su lucidez con las herramientas que le quedan, incluso cuando las palabras comienzan a desvanecerse.
"En la puesta hay sombras, proyecciones y fragmentos de video que funcionan como interlocutores invisibles. No aparecen otros personajes, pero se siente su presencia. La idea es que el público comprenda también la carga emocional de quienes acompañan a una persona enferma". Azzano destacó que el trabajo con Velázquez permitió mantener un equilibrio entre lo dramático y lo poético, evitando caer en la pura tristeza. "Ella buscó que la espectadora pudiera salir por momentos del drama, respirar, tomar distancia. Hay pasajes donde se aligera la tensión, y eso hace que el relato sea más humano y cercano".
La intérprete, oriunda de Entre Ríos, vivió y estudió en Paraná, pero radica en La Plata, y tiene una extensa formación teatral con maestros como Norman Briski, Dora Baret, Lito Cruz y Febe Chaves, entre otros. Participó en festivales nacionales e internacionales y fue reconocida en 2024 con una mención a la Construcción del Personaje en el Festival Iberoamericano de Teatro XX Mujeres que Cuentan, realizado en Mar del Plata. En los últimos años se dedicó al formato de unipersonales, con los que recorrió distintas provincias del país. "El teatro independiente no da ganancias materiales, pero nos llena de sentido. Es un espacio donde podemos crear sin condicionamientos, donde el público se acerca con una sensibilidad distinta".
Sobre el vínculo con el público, Azzano aseguró que cada función deja un resultado diferente. "El teatro independiente está encontrando su lugar. Hay una conexión real con la gente, una necesidad de estar presentes, de compartir algo vivo. No competimos con el teatro comercial, hacemos otra cosa, algo más artesanal". La actriz recordó que hace ocho años presentó una obra en el Teatro de la Universidad de Entre Ríos y que volver a Paraná tiene para ella un valor especial. "Es un reencuentro con la ciudad, con compañeros y con nuevas generaciones de espectadores. Me emociona volver con esta obra porque siento que habla de todos nosotros, de la fragilidad de la memoria y del deseo de seguir estando".
Sobre el final de la charla que mantuvo con este medio, la actriz subrayó que hay que acompañar a las personas que padecen la enfermedad: "No las dejemos hasta último momento porque ellas, a pesar de que no pueden expresarse y de que sus palabras escapan, siguen ahí. Es el mensaje más importante que tiene la obra, sobre todo acompañar bien, con amparo, estar al lado de la persona, no dejarla nunca sola".
Con "Adela, todavía estoy acá" y algunas funciones que todavía faltan presentar, el equipo pone fin a un año de gira que los llevó a atravesar distintos rincones del país.