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Una reacción lamentable

D. E.

El funcionario público y abogado paranaense Emilio Fouces respondió de modo sorprendente y agresivo la publicación de ANALISIS en la que se informó que además de sus cargos de asesor libertario en la Cámara de Diputados de la provincia y el Concejo Deliberante de Paraná ejercía como procurador del Tesoro Nacional en diferentes causas que se tramitan en Entre Ríos. Incluso, fue consultado al respecto en el artículo periodístico, dio su respuesta y se publicó textualmente lo que dijo.

Sin embargo, en su Facebook no dudó en acusar de “mercenarios que por 2 pesos con 50 escriben cualquier cosa…”, faltándole el respeto a la periodista de judiciales de este medio, a quien conoce muy bien de diferentes juicios orales y públicos, donde Fouces ha ejercido su rol de abogado y siempre ha tenido cabida en diferentes artículos.

La autora del artículo es de las periodistas más destacadas de ANALISIS y de la provincia, fundamentalmente por su tarea en artículos del ámbito judicial, por lo cual incluso fue premiada a nivel nacional por FOPEA (Foro de Periodismo Argentino), por su profesionalismo y credibilidad.

Pero para Fouces, por el solo hecho de mencionar su rol de asesor y de a la vez funcionario nacional -lo que viene desarrollando desde el gobierno de Alberto Fernández-, como así también de abogado defensor de imputados en causas de corrupción -por lo cual se remarcó una clara incompatibilidad- pasó a ser una “mercenaria”. O sea, un concepto violento, retrógrado e inentendible de su parte, pese a la libertad de expresión existente y 42 años de democracia en este país.

Lo otro lamentable fue que otros abogados reconocidos de Paraná -que también siempre tuvieron espacio en ANALISIS-, avalaron y apoyaron la reacción de Fouces en la red social Facebook. Y uno de ellos, como el abogado Iván Vernengo, no dudó en calificar de “pasquín de cuarta” a este medio por esa nota periodística, a quien también conoce desde hace varios años.

Enojarse porque una periodista de este medio inquiere sobre las posibles incompatibilidades entre sus funciones y agredirla directamente en sus redes y buscar el aval corporativo del Colegio de la Abogacía es propio de un funcionario antidemocrático que, por el solo hecho de encumbrarse con sus cargos considera que tiene derecho al oscurantismo y a denigrar a otros. Especialmente cuando ese otro es una mujer periodista, que siente no lo pone en riesgo.

A su vez, la pregunta que se hace en la nota sobre las incompatibilidades es propia de cualquier periodista político o judicial, que haya leído la Constitución Provincial y, con ello, sepa que no se pueden ejercer cargos públicos en varias jurisdicciones a la vez. Además, la ausencia de sanciones del Colegio de la Abogacía -como también Fouces destacara en su Facebook- no es equivalente a conducción éticamente correcta. De hecho, hay abogados que han tenido condena penal sin antes haber sido sancionados por el colegio.

Fouces se equivocó con tremenda reacción. Fue irrespetuoso. No era necesario agredir de esa manera a una periodista seria y profesional, que solamente escribió un artículo con información y sin adjetivaciones. En esa nota se hizo periodismo. Lo mismo que hacemos hace 35 años.

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