Frigerio debe elaborar su presupuesto en un contexto adverso.
(de ANÁLISIS)
El presupuesto es, ni más ni menos, un plan de gobierno. Muestra cuáles son las prioridades de una administración y fija los límites de la acción en función de los recursos. Impacta directamente sobre la realidad social y por eso el tema amerita alguna reflexión.
En Entre Ríos la constitución establece que “la ley de presupuesto será la base a que debe sujetarse todo gasto de la administración general de la provincia y en ella deberán figurar todos los ingresos y egresos, ordinarios y extraordinarios”.
Además, su artículo 35 pone un marco concreto: “el equilibrio fiscal constituye un deber del Estado y un derecho colectivo de los entrerrianos”. Así debe ser la ley de leyes.
Contexto desafiante
Las necesidades pueden ser infinitas, los programas ambiciosos, pero se harán realidad, o no, en función de los recursos disponibles. El contexto, tal vez inesperado, es desafiante.
El gobierno entrerriano, cumpliendo con lo programado, está dando en estos días los últimos pasos para la elaboración del proyecto de ley de presupuesto del año 2025.
Será el primero con la impronta de esta administración, que viene desempeñándose desde diciembre de 2023 con una norma (ley 11125) que fue construida por un gobierno de otro signo político.
En aquel momento se decidió usar la herramienta que ya tramitaba la Legislatura, con mínimos cambios propuestos por quienes hoy gobiernan.
Uriel Brupbacher era por entonces diputado provincial y, si bien mostraba reparos en relación a las previsiones macroeconómicas contenidas en el presupuesto nacional, que habían sido elaboradas por el equipo que conducía Sergio Massa, destacaba la importancia de comenzar un gobierno con presupuesto aprobado.
El tiempo le ha dado la razón. Se estimaba que la inflación sería del 69,5 por ciento. Al mes de agosto llega (dato INDEC) al 94,8 por ciento y como si eso fuera poco, para romper cualquier predicción, los recursos cayeron fuerte.
Un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) muestra que “en el mes de agosto de 2024, el gobierno Nacional envió al consolidado de provincias, más CABA, $3.746.000 millones en concepto de coparticipación, leyes especiales y compensaciones. Descontando el proceso inflacionario del período, esto se traduciría en una baja real del 18,5% interanual, la coparticipación (transferencias automáticas menos leyes especiales y compensaciones) habría caído un 18,7% real interanual”.
Para mayores precisiones el IARAF observa que “en el acumulado al octavo mes del año, las transferencias automáticas por coparticipación, leyes complementarias y compensaciones alcanzaron los $25.208.000 millones, que se traduciría en una caída real interanual del 14% al descontar la inflación del período”.
Una coyuntura de asfixia si se tiene en cuenta que de acuerdo a lo proyectado en el presupuesto vigente los ingresos de Entre Ríos son en un porcentaje superior al 50 por ciento de origen nacional. Cae la actividad económica. Se pierden miles de puestos en el sector privado. Cae entonces la recaudación.
Conjetura: con estos números en la mano quien es hoy secretario de Presupuesto y Finanzas, debe extrañar la Legislatura.
Mientras controla la aplicación de aquella herramienta, que recibió sanción definitiva antes de la devaluación aplicada por el gobierno de Javier Milei, trabaja a destajo para cumplir con el cronograma que apunta a entregar el proyecto a la Legislatura el próximo 15 de octubre.
Por estas horas se suceden reuniones en todos los organismos de la administración para hacer las últimas correcciones. El 20 de setiembre es la fecha prevista para evaluar los sobretechos, el límite.
Luego será el momento para construir un anteproyecto y una vez aprobado ir a la confección del proyecto de ley, junto el mensaje de elevación para ser enviado a las Cámaras.
Todo esto mientras se espera el mensaje que programa dar el presidente de la Nación, Javier Milei, el próximo domingo, instancia que servirá para presentar el proyecto de presupuesto 2025 del Gobierno Nacional, que pasó todo 2024 sin contar con normativa.
En su cuenta de X dejó en claro que la regla será el déficit cero y afirma que habrá un antes y un después en la historia económica argentina.
Nueva metodología para confeccionar el presupuesto
Cuando comenzó a trabajar la actual administración, el gobernador Rogelio Frigerio y su equipo económico, encaró una serie de reformas destinadas a mejorar la confección del proyecto de presupuesto.
Reunió al funcionariado y sostuvo que la formulación del presupuesto 2025 entrerriano debía ser bajo la metodología Base 0. Resaltó entonces que el presupuesto define “hacia donde un gobierno quiere ir”.
Cabe preguntarse si todo lo acontecido en la relación Nación-Provincia transcurrió como lo imaginaba en principio el mandatario o si hubo cambios que lo impactaron. No hace mucho dejó en claro que desde su punto de vista Entre Ríos está peor que durante la pandemia.
Es con ese panorama, sombrío, que se busca desarrollar una metodología que implicará para la administración un esfuerzo importante, en el intento de ir optimizando los recursos al máximo, respondiendo a las prioridades establecidas por cada área.
El contexto está signado por la escasez y está claro que el Estado Nacional no tiene programado enviar partidas extraordinarias a las provincias. Ya se adelantó que, si hay mayores recursos, estos servirán para bajar impuestos.
Quienes conducen la provincia deberán, inevitablemente, agudizar el ingenio para evitar limitaciones en la prestación de los servicios a cargo del Estado entrerriano. Seguridad, salud o educación deberán adaptarse a un contexto donde no sobra nada.
Un desafío de dimensiones desconocidas, tomando la visión del gobernador: el peor momento de la historia de la democracia.
Más allá de responsabilidades propias e ineludibles, el Estado Nacional no ayuda. Perjudicó a los sueldos docentes con sus decisiones y puso en jaque a la provincia que, buscando normalizar, intenta ofrecer aquello que -con esfuerzo- pueda llegar a dar y sostener.
Sostener servicios y hacerse cargo de obras que antes financiaba la Nación empujarán al extremo la creatividad. Además, las últimas intervenciones del presidente de la Nación obligan a vivir o sobrevivir, solo con lo nuestro.
A las proyecciones de inflación que contenga el presupuesto nacional deberá atenerse la normativa provincial sobre la que trabaja a destajo el equipo que conduce el ministro de Hacienda y Finanzas, Julio Panceri.
No se sabe aún hasta donde llegará el ajuste a la entrerriana que se está dando, aunque a diferencia del Estado Nacional y cumpliendo con lo afirmado por Frigerio y sus ministros, no se tomó como variable de ajuste a los empleos del Estado.
Problemas que seguirán
Un frente que está complicado es el relacionado con la Caja de Jubilaciones y Pensiones, que ha logrado algunos avances en contener el déficit, pero en niveles mínimos y con un fuerte costo político que aún no se paga en su totalidad.
Suenan las alertas porque se demora el resultado de las auditorias que lleva adelante la nación para determinar envíos de dinero. Es por no haber transferido el sistema en los años noventa. Llevará tiempo el trámite de reclamo iniciado ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Además, el veto presidencial a la ley que reparaba los sueldos de los jubilados nacionales fue un golpe también para las provincias. En el proyecto había un artículo que obligaba al Estado Nacional a pagar lo que debe.
En ese contexto se deben atender las demandas por salarios, los que en la provincia están atrasados. Este desfase no es responsabilidad total de la actual administración. Ya estaban perforados en 2023 y desde mucho antes, ya que hubo períodos enteros en que quedaron bajo la inflación. Los relatos de anteriores administraciones fueron derrumbados por la realidad.
Ni que hablar después del misil del 118 por ciento de devaluación en diciembre 2023.
Mientras se espera la presentación del presupuesto nacional 2025 el próximo domingo, Entre Ríos, con nueva metodología y en un contexto desafiante, elabora el suyo.