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Los votos, la hipocresía y los violentos

(Imagen: conicherep.com)

Por Coni Cherep (*)

La legislatura santafesina votó la reforma jubilatoria. Lo hizo por mayoría, abrumadora en el Senado. Con menos diferencia en Diputados, por ausencias circunstanciales y justificadas.

La sesión en Diputados era normal. Hasta que un pequeño grupo de «manifestantes» decidió que el camino para evitar que la mayoría se impusiera, era romper las puertas del Palacio, arrojar bombas de estruendo en el hall y romper vidrios con piedras.

Antes,desde las barras superiores del recinto, algunos manifestantes eligieron lanzar agua y algunos objetos no punzantes contra los legisladores de la mayoría.

Los votos de UXCSF – la fuerza que respalda al gobernador- estaban garantizados. Lo habían resuelto después de una lenta y no tan pacifica discusión interna.

La ley, que es ley por el peso de los votos y no por “la picardía” ni la violación a ningún reglamento, iba a salir igual. Pero se apuró en la votación porque un grupo de violentos pretendió impedirlo por las vías de la violencia. Nadie sabe que podía pasar si ingresaban al recinto. Pudo ser una tragedia.

Sin embargo, los opositores, eligieron poner el ojo en «la votación apurada» y no en la violencia.

Los «manifestantes» violentos, según se filtró desde el Ministerio de Seguridad, parecen haber sido invitados a la «fiesta» de la explanada por algunos dirigentes sindicales vinculados al fútbol rosarino.

No eran plateistas. Parecen haber sido barras bravas de Newells ( si, los mismos que amenazaron a la familia Di María y desplegaron una bandera reivindicativa de Los Monos, en el homenaje a Maxi Rodríguez) y de Central.

¿Cómo llegaron hasta ahí? ¿Quién los transportó? ¿Qué punto de la ley los afecta?

Varios diputados «progresistas» eligieron vincular los hechos a la reacción de lo que estaba pasando en el recinto.

La votación se apuró por el brote de violencia. Los violentos ingresaron antes de que el diputado Pablo Farías propusiera votar.

Los manifestantes, los violentos y los otros- entre ellos los que invitaron los barras- no superaban el número de 3.000.

¿Pueden los legisladores opositores decir que «sienten vergüenza» por seguir debatiendo una ley, mientras afuera “el pueblo” reclama que la sesión se suspendiera?

¿Qué pueblo? Los docentes,la inmensa mayoría de los docentes, más del 80% estaban en las aulas. los empleados administrativos, en sus oficinas

La gran ganadora de la movida opositora, lejos del peronismo pero usándolo y del progresismo opositor, fue Amalia Granata. La chica aprendió mucho, y aunque de la ley no dijo demasiado, se quedó con el mayor protagonismo. Ella sabe que ante semejante desierto de referencias opositoras… se va quedando con el principal lugar. Otro éxito de la política tradicional.

Pero volvamos a la puerta.

No hubo represión, como se intentó comunicar desde el comienzo. De hecho la falta policías armados en la puerta del Palacio, se evitó para evitar que se intérprete como una provocación. Lo mismo hicieron con la quita de las vallas que cubrían los accesos a Legislatura, porque los gremios, desde temprano, se quejaron.

No hubo una sola razón que pueda arguirse a la violencia estatal. Sin embargo, el ex ministro de «cosas» de Omar Perotti, Marcos Corach, no se privó de decir que “está ley se sancionó a base de palos y gases lacrimogenos”. O nunca se enteró de los hechos o tiene un cinismo infinito. Una cualidad que y había mostrado en su olvidable paso por la gestión ejecutiva.

Corach, ahora al servicio de Granata.

La ley se sancionó porque había una decisión política de sancionarla. Como ocurre con todas las leyes que se sancionan.

Se dio el debate antes y durante su proceso de sanción.

La historia dirá si los que la aprobaron tuvieron o no razón. Mientras tanto,el gobernador,sus ministros y los legisladores,soportarán el costo político de haberla sancionado.

Lo último: Llamó mucho la atención la «ausencia» de propuestas alternativas al problema. Los santafesinos estamos soportando un déficit de 420 mil millones de pesos anuales, por la Caja de Jubilaciones.

La ley no toca, directamente no toca, ningún jubilado que esté cobrando menos de 3 jubilaciones mínimas. Y las voces de la oposición, casi todas, argumentaron que se «violaban» los derechos de los más desfavorecidos. Faltaron a la verdad, y con honorables excepciones, faltaron voces que los desmintieran en el recinto.

La nueva tiene decenas de disposiciones que cambian la ecuación de la Caja para los próximos 10 años.

Era algo que había que hacer para salvarla. Pero algunos prefieren la comodidad del discurso «buenista y sensiblero» y eluden un responsabilidad central que la sociedad también les demanda a ellos: Solucionar los problemas, no postergarlos ni agravarlos para quedar bien con la tribuna.

300 mil pesos cobran el 70% de los jubilados que viven en Santa Fe. Solo el 9,7 % de ellos lo hacen desde la caja provincial. El resto, de ANSES.

¿Alguien los vio a los dirigentes de la CGT, a los enriquecidos dirigentes docentes, a los bancarios, a Bayugar y su empresa SADOP, y a los diputados que ayer manifestaban “la gravedad” de lo ocurrido salir a la calle a pedir por los 500 mil jubilados santafesinos que cobran esos 300 mil miserables pesos?

No. Ni una mueca sobre el asunto. A ellos, en tanto peronistas y ex funcionarios del kirchnerismo, parecen haberse olvidado que en 20 años, despilfarrando los recursos públicos, hundieron a esos jubilados en la extrema pobreza. Y que muchos de ellos, aplaudieron a la ex presidente cuando vetó el 82 % móvil. Hipócritas.

El tiempo dirá si esta reforma tuvo sentido.

Pero no hace falta que pase ese mismo tiempo para señalar a los violentos, a los hipócritas, a los cínicos y a los oportunistas.

Al gobernador, le cabe el costo político.

Eso se medirá pronto.

(*) Artículo publicado originalmente en conicherep.com

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