De ANÁLISIS
Una fuerte incertidumbre se vive por estas horas en el ámbito del Ministerio de Salud de Entre Ríos producto de que el titular de la cartera Guillermo Grieve deslizó en su grupo más cercano que estaría “cansado” con lo que demanda la gestión agravando su estado de ánimo cuando a pedido del gobernador tuvo que salir a explicar por que ingresaron tantos suplentes sin que él lo supiera taxativamente porque lo que firmó lo hizo en confianza.
Muchas veces en lo que va de gestión se “viralizaron” los comentarios de que Grieve era candidato a dejar el cargo pero siempre en comentarios de pasillo y también a la sombra del fuego amigo. De modo tal se alentaron tantos comentarios en ese sentido que quizás sea el único funcionario de Frigerio que salió a declarar por los medios que él no pensaba en renunciar.
Nadie muere en la víspera pero está claro que la gestión de salud no es la mejor de las joyas que tiene para mostrar el gobierno provincial. Todos sus colegas funcionarios respetan al jefe y sus decisiones pero tienen sus objeciones. Incluida la legislatura que no ha movido ninguna de las leyes que mando Grieve en el marco de una recurrencia de anuncios de un programa que no tiene un solo avance concreto más allá de lo que se ha intentado forzar para darle identidad a través de la fallida insistencia comunicacional. De modo tal, es la preocupación que recorre los mentideros del ministerio que ya le han dicho a determinada gente que vayan ganando tiempo y pensando en un lugar que los pueda acoger fuera de a zona de exclusión.
De ser tan así como se dice sobre el futuro de Grieve no sería demasiado ilógico suponer por cierto un estado de “fatiga” y de ese modo ir ganando tiempo ante un final que puede ser igual de abrupto pero motivado por orden superior. En principio y entre otras menudencias propias, sin plata, sin una visión integral de la problemática y con poca dedicación laboral los resultados de gestión difícilmente terminen siendo cuando menos, aceptable.
Para peor, su mano derecha y Secretario de Salud, Daniel Blanzaco, en este momento crítico no ha ido a trabajar en toda esta semana, porque se fue a correr el cruce maratónico de Los Andes, en San Martín de los Andes, -que demanda varios días de ausencia, dinero y un importante entrenamiento para transitar 100 kilómetros en dos etapas y que son 18 horas de transitar- que fue un desafío personal ineludible. O sea, una nueva ausencia, que también había concretado en enero último cuando se fue a veranear a Punta del Este a escasas semanas de asumir.
Pero todavía sigue en pie un hecho bastante más grave que lo tiene desconcertado al ministro (acaso atosigado por el humo que se esparce a su alrededor) y que tiene que ver con que una de sus funcionarias la doctora Marina Alegre, una de las principales críticas de su gestión e indignada por el trato que ha tenido que soportar, según se la escuchó, un día hace un par de meses se enojó y no fue más a trabajar. Bueno para zafar se dijo que trabaja desde la casa. Y por las mañanas temprano pasa por su despacho y deja lo que firma.
Debilidad de por medio, Grieve aún no tomó ninguna decisión al respecto y el estado de situación se mantiene del mismo modo. Alegre es muy allegada a la vicegobernadora y quizás ello persuadió al Ministro a quedarse en el molde.
Esta gestión de salud tiene más explicaciones que respuestas asegura el fuego amigo, El gobernador dijo que está orgulloso de su equipo pero a contrapelo también dijo que se vienen cambios. Algunos de ellos parecen más cantados que otros.