De la mano de Bravi, el Lobo festejó un valioso triunfo en el Núñez que le permite respirar un poco de aire fresco en esta dura lucha por esquivarle al descenso. Este domingo jugó de acuerdo al presente que vive. Dos líneas de cuatro definidas, marcando, metiendo y sacando, para después jugar.
Y arriba, las virtudes e inteligencia de Lovera y la elogiable entrega de Conrado Besel, que conmueve por el despliegue, por su lucha despareja contra la defensa rival y los pases de sus compañeros. Esto es el Lobo y habrá que acostumbrarse. Porque primero hay que sumar y sumar. Después jugar.
Cuando la visita se acomodaba en el campo, desparramando un cuarteto de bajitos que la movían bien, Besel se dio mediavuelta en el área para sacar un remate que Del Vecchio transformó en rebote y pase a Lovera, que la empujó al primero a los cinco minutos.
El local se sacaba temprano la mochila, como para jugar más tranquilo, algo que no puede hacer en este contexto del equipo. Porque quedó claro que Bravi lo armó para que pelee, luche y meta. A pesar de esto no está exento de sufrir porque Albarracin se sacó los dos centrales de encima para definir alto ante Kloster y Martín demoró mil años en definir con el uno fuera de juego, permitiendo que Guiffrey la reviente a la tribuna.
Cuando se iba la primera parte, apareció el Kuki Kloster para taparle el empate a Aguirre, que definió con clase contra el palo, a ras del piso, consigna Uno.
En la parte final, la visita se quedó sin peso ofensivo. Gimnasia le dio la pelota, el terreno y no supo que hacer con esos dos regalos. Hasta que llegaron los cambios. Jiménez arriesgando para buscar el empate. Bravi cambiando puesto por puesto para tener más aire.
El cambio de Padilla fue el más esperado, silbado y aplaudido por igual. Hasta que metió dos pases de su sello para reafirmar que sus condiciones están y es una pena que no las aproveche al máximo. Se iba el partido sin emociones hasta que Ascenzi decidió darle un tiro libre en la boca del área a los puntanos.
Para sufrir ante la posibilidad del empate en el final. Pero el fuerte remate de Caballero dio en la barrera, Padilla que sabe del pique del Loncho Rodríguez para dejarlo solo. Gambeta del delantero y definición por arriba, evitando el cierre del central y el 2 a 0 y asunto liquidado.
Foto: Uno.