El ex docente de Artes Plásticas y renombrado pintor Pedro Víctor Malenchini, quien en 2004 fue escrachado públicamente por sus ex alumnos y reconoció frente a una cámara oculta que había abusado sexualmente de varios de ellos cuando tenían entre 10 y 12 años, fue demorado y puesto en libertad por la Policía de Victoria en el marco de una investigación sobre un adolescente que desde hace un tiempo vivía con él en el paraje rural Quebrachitos, ubicado a escasos kilómetros de esta ciudad.
Ningún vecino de la zona sospechaba que el dueño de la casa pintada de color rosado ubicada sobre la intersección de los caminos vecinales que conducen a las localidades de Hernández y Aranguren, es un famoso artista reconocido a nivel nacional e internacional ni mucho menos que acarrea consigo un controvertido pasado.
De todas maneras, llamaba la atención a algunos que el hombre, a quien lo caracterizan como “raro” suele darse a conocer con otros apellidos y que incluso incursionaría en las artes ocultas, o al menos se dedicaría a tirar las cartas en su propio domicilio, conocido como el ex bar de Vechetti, donde también tiene una especie de taberna o proveeduría y está construyendo cabañas para la explotación turística.
Seguimiento
Desde hace más de un mes, un equipo periodístico detectó a Malenchini y comenzó a investigar ciertos rumores sobre los pormenores de su reservada vida. Fue así como constató que con él vivía un adolescente, al parecer menor de edad, que realizaba tareas de peón.
Dados los antecedentes del artista, el medio radial alertó a las autoridades judiciales sobre el caso, por lo que el defensor de Pobres y Menores, Marcelo Balbi, y el fiscal Alejandro Calleja, dispusieron una comisión policial para identificar al muchacho y a su patrón.
Cerca de la 1 de ayer, el pintor y el jovencito fueron trasladados a la Jefatura Departamental donde les tomaron los datos. El ex profesor de Plástica fue liberado porque se encontraba libre de infracción mientras que el chico, que no tenía documentos, quedó a disposición de la Defensoría.
Ileso
Tras declarar ante el defensor y someterse a las pericias médicas correspondientes, el joven fue trasladado ayer a la ciudad de Concepción del Uruguay donde trabaja su madre y de allí se iría a vivir a Misiones con otros parientes.
Pese a que el muchacho no tiene documentos, se pudo establecer que recientemente cumplió 18 años y que luego de deambular haciendo changas por varios parajes y localidades fue contratado por Malenchini hace unos meses.
Extraoficialmente se conoce que el chico no presentaría evidencias físicas de abuso sexual y que se habría sorprendido y horrorizado cuando las autoridades judiciales lo pusieron en conocimiento de los antecedentes de Malenchini, quien ayer habría viajado a Montevideo para vender una propiedad.
Recuerdos del tormentoso pasado
Si bien en 2004 el reconocido acuarelista de 62 años admitió frente a las cámaras del programa Código Penal, conducido por Rolando Graña en canal América de Buenos Aires, que cometió aberraciones sexuales con sus aprendices de dibujo del colegio San Juan El Precursor de la localidad bonaerense de San Isidro, la Justicia no lo pudo condenar ya que las víctimas hicieron público el delito luego de 30 años de ocurrido, cuando ya había prescripto.
Durante un cuarto de siglo, bajo las cordiales reuniones de egresados de la promoción 76 latía un secreto: por lo menos cuatro de los ex alumnos habían sido abusados por el profesor cuando tenían entre 10 y 12 años. Poco antes de celebrar el 25º aniversario, uno de ellos confesó el hecho ante sus compañeros y enseguida se sumaron varios más, y también de otras promociones.
Los ex alumnos organizaron un escrache mediante afiches callejeros y presionaron a su antiguo docente hasta que él mismo pidió hablar con ellos, aunque nunca imaginó que llevarían a la reunión una cámara oculta ante la cual ingenuamente confesó su delito.
Salvo los crímenes de lesa humanidad que son imprescriptibles, los delitos tienen un lapso de caducidad una vez que se cumplen los 10 años de cometidos, porque se considera que ese período es suficiente para efectuar la denuncia correspondiente.
Sin embargo, hay quienes opinan que los atentados contra la integridad sexual, especialmente si involucran a niños, son casos que ameritarían extender los plazos de prescripción, porque la propia índole del delito puede implicar que la víctima no esté en condiciones de denunciarlo.
Fuente. Uno