Las escuelas beneficiarias del Refuerzo Alimentario Nacional (RAN) no han podido percibir los fondos del programa desde abril a la fecha. Se trata de un auxilio económico de 25 centavos por alumno que el Ministerio de Acción Social de la Nación remite a las provincias con destino a las comunidades escolares con riesgos de desnutrición.
El personal directivo de las escuelas, responsable del cobro de las partidas en las sucursales del Banco Nación, ya tiene las órdenes de pago que otorga la Dirección de Comedores del gobierno de la provincia correspondiente a los meses de abril y mayo. Pero si bien las partidas en cuestión ya están depositadas, en el Banco Nación se ha informado que aún no puede entregar el dinero.
La explicación oficial ante el reclamo es que en abril el gobierno nacional dispuso transferir la administración del programa —que estaba en manos del Ministerio de Educación— a la cartera de Acción Social. Como traslado de esa decisión, en Entre Ríos ya no es el Consejo General de Educación (CGE) el responsable de cumplir con los objetivos del RAN sino el Ministerio de Salud y Acción Social, a través de la Dirección de Comedores. Esta medida, según se explicó, redundó en un engorroso trabajo administrativo que aún no ha terminado en desmedro de la asistencia alimentaria de los escolares que lo necesitan.
El RAN tiene, en rigor, un nombre más extenso: Proyecto de Mejoramiento de la Calidad de los Servicios Alimentarios de las Escuelas en Situación de Mayor Vulnerabilidad Socioeducativa.
En la provincia, el RAN beneficia a 1069 escuelas de toda la geografía, algunas de las cuales cuentan además con un comedor sostenido por el gobierno entrerriano. Se trata de 9.560 alumnos de Nivel Inicial, EGB 1 y 2 y Escuelas Especiales.
Los fondos, 25 centavos por chico matriculado, son destinados en la mayoría de los casos a costear una copa de leche. En otros, se ocupan según el criterio del personal de la escuela para fortalecer el almuerzo escolar.
Lo cierto es que el atraso en el cobro de las partidas implica generalmente una escuela endeudada con el almacenero de la zona, proveedor de pan o leche. Mientras, los fondos están retenidos en una cuenta bancaria. Cuando se informó oficialmente que estaban a disposición las órdenes de pago, emitidas por la Dirección de Comedores, los directivos pensaron que contarían con el dinero de inmediato. Pero cuando fueron al Banco Nación, con las órdenes de abril y mayo, se encontraron con que todavía no podían cobrar.
Mientras tanto, hay instituciones que están acarreando una deuda que no saben cómo saldar desde el verano pasado. Para algunas escuelas, sin conocerse mucho el criterio, no hubo acreditación de los aportes de enero y febrero, aún cuando el servicio del refuerzo alimentario se mantuvo en vacaciones.
Patricia Castañeira, directora de Comedores, es responsable de buena parte de la administración del RAN desde que el programa dejó de depender del CGE para pasar a la cartera de Graciela Degani.
Este traspaso de funciones, explicó la funcionaria, redundó en una reedición de todo el sistema, reempadronamiento de directores, revisión de los requerimientos en cada entidad educativa, a lo que se sumó que, a partir de esta nueva etapa, el Tribunal de Cuentas tendrá injerencia directa en el control del programa. Y todo ese proceso aún está en marcha, más aún cuando el receso de la administración pública dilató los tiempos para recabar información necesaria en las Direcciones Departamentales del CGE. Consideró “lógico que suceda esta demora, cuando hay que hacer un control estricto de los aportes”.
Fuente: El Diario�
