A continuación reproducimos la nota que El Diario realizó con el base paranaense.

—Te lesionaste jugando una final de Liga Nacional. Después, a días de jugar un Mundial y, posteriormente, a horas de arrancar una temporada. ¿Hoy cómo estas?
—Ahora estoy bien, pero sin dudas pasé los ocho meses más duros de mi vida. Sé que hay cosas peores que una lesión. Pero para lo que es mi carrera me tocó lo peor. Como siempre pasa en estos casos la familia estuvo para alentarme. Mi vieja se pasó dos meses conmigo en Sunchales. Me levantaba de la cama y me obligaba a hacer cosas para que yo esté bien.

—¿Y qué sentís cuando miras por el “espejo retrovisor” y repasas esos momentos tan duros?
—Cuando empecé a entrenar sentí sensaciones raras, porque el cuerpo no me funcionaba a la par de la cabeza. Y eso también me puso mal. En algún momento pensé si alguna vez podría recuperar el nivel que tuve. Los playoff con Peñarol me dieron la pauta de que sí. El terminar bien me hizo ilusionar mucho para volver a ser lo que fui.

—Estando en Sunchales en plena etapa de recuperación, ¿Hubo algo que te haya sorprendido?
—En primer lugar estuvieron junto a mí las personas que yo esperaba que estén. Eso no me sorprendió. Después, con esto de las redes sociales, recibí muchísimos saludos y apoyo. En mi vida pensé que tanta gente estaba interesada en mí. Eso fue un estímulo grande para intentar volver lo antes posible.

—¿Qué te pasó cuando metiste el triple a Lanús que le sirvió a Libertad para pasar a semifinales?
—Fue un desahogo enorme. Quería subirme a la tribuna. Ahí estaba mi familia y mi novia. Quería abrazarlos y llorar. En ese momento solo quería llorar. Tenía una espina clavada en la garganta. Todavía tengo mucho por descargarme, pero sé que voy a tener más revanchas para hacerlo.

—Me da la sensación que ese triple con Lanús fue el desahogo y que el triple contra Peñarol fue el saber que podés volver a tu nivel.
—Sí, para mi también fue así. Sé que si me pongo bien físicamente voy a volver a jugar mejor. Ese triple con Peñarol me vino bien. Prefiero quedarme con esa imagen para ilusionarme con lo que viene.

Sueña con Londres

—¿Soñas con volver a la selección?
—Sé que puedo estar. Estuve a las puertas de jugar el Mundial y nadie me lo regaló. Necesito un buen año para volver a tener chances.

—¿Cuál es tu sueño, tu objetivo?
—Aspiro a estar en la selección que jugará en Londres, en los Juegos Olímpicos. Para mi eso sería como la frutilla del postre. Voy a hacer lo imposible para estar en esa selección.

—¿Y el preolímpico que se viene?
-No lo descarto, aunque sé que es muy difícil. Me perjudicó que tuve una lesión grande y que estoy dando ventajas físicamente.

Sionista está en sus planes

—¿Y tu futuro qué?
—En Libertad terminé muy bien y quieren que siga. También está la posibilidad de volver a Sionista. Voy a ver, lo estoy analizando.

—¿De Sionista me imagino que ya te hablaron?
—Sí, leí la nota y me puso muy contento. En su momento mi aspiración económica no era la misma que la de ellos y por eso no continuamos. Aparte, necesitaba irme para sentir la presión de estar en otro club. En sí, tengo ganas de volver. Igual, le pedí a Sionista, a Libertad y a mi representante que me aguanten unos días para evaluar que hago.

—¿Lo de Sionista de qué depende?
—No pasa por lo económico. Gracias a Dios puedo elegir y poner en primer plano lo deportivo. Con Atenas llegue a la final y con Libertad hasta semifinales. Me gustó jugar estas instancias y me gustaría volver a jugarlas.

—Vos sabes que Sionista ahora tiene pretensiones importantes.
—Sí, se que quiere estar en los primeros planos. Estaría bueno pegar la vuelta y pelear con Sionista los primeros puestos.

—¿Y en qué porcentajes hay chances de que vuelvas?
-… (Se ríe)

A la gente le interesa saber qué va a pasar con vos, con Eduardo Villares…
—Estaría bueno volver con Eduardo. Me gustó la idea. Igual le pedí a Sionista que me aguante porque quiero aislarme para definir qué hago.