Hoy, la situación es esta: el juez Thomas Griesa fijó una sentencia de 1.600 millones de dólares; se dijo que los fondos buitre están dispuestos a venderlo a US$ 1.200 millones; y el Gobierno no está dispuesto a pagar más de US$ 300 millones.
Con esas cifras sobre la mesa, Eurnekian igual dijo que hay buena predisposición del sector empresario y financiero a no dejar caer las negociaciones, aunque reconoció que es de una complejidad legal muy alta: "Hay bancos que llaman y preguntan".
Eurnekian admitió que tuvo conversaciones con el Gobierno por este tema, y que se fue con una respuesta conocida, blanqueada ayer por el propio Axel Kicillof: "Si quieren avanzar, háganlo, es una cuestión entre privados".
Eurnekian llegó a decir que aún con la diferencia entre el precio que pagarían por el juicio, y lo que por ahora les daría el Gobierno, hay disposición a seguir avanzando. "Hay empresas que aún pondrían plata con esa limitante, porque el futuro de las empresas está en riesgo" si la Argentina sigue en default.