Por cuestiones económicas, no logró conlcuir sus estudios, algo que connota aún más su condición de genio. Su primer trabajo fue de cerrajero mecánico, pero después este abanico se abrió a una amplia y versátil variedad, que en principio nada tenía que ver con las letras: delineante, funcionario de sanidad y de previsión social. Luego sí incursionó en el mundo al que se dedicaría con ansía y persistencia. Fue traductor, editor y periodista.
Su primer libro, la novela Terra do Pecado de 1947, encontró acompañante sólo 21 años más tarde, en 1966. Después su trabajo literario fue casi intermitente. Además, trabajó durante doce años en una editorial, donde ejerció funciones de dirección literaria y de producción. Pero en un momento de su vida entendió la literatura significaba más, y a ella virtió su voluntad.
"Nací en una familia de campesinos sin tierras, en Azinhaga, una pequeña población situada en la provincia de Ribatejo, en el margen derecho del río Almonda, a unos cien kilómetros al nordeste de Lisboa", así arranca José Saramago su pequeña autobiografía, publicada en la página de su fundación.
Es que este escritor portugués, Premio Nobel de Literatura en 1998, fue también un colaborador social, además de periodista y curioso de las novedades tecnológicas. Con esta organización, buscaba "contribuir al proceso de humanización que un mundo en permanente proceso de deshumanización necesita", según asegura su estatuto.
El marido de Pilar del Río tenía ciertas y varias semejanzas con su predecesor el portugués Fernando Pessoa, y una de ella era justamente el tema del desasosiego, la falta de serenidad, algo acuciante por estos tiempos.
Fuente: www.infobae.com