Si bien el procedimiento se realizó el año pasado, en aquel momento se generó un conflicto de competencia porque se iniciaron dos causas, una en la justicia provincial por facilitación de la prostitución y otra en el fuero federal por trata de personas, y el hecho recién fue zanjado este año por la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
La semana pasada, Almeira fue trasladado a Paraná y declaró por espacio de tres horas ante el juez Zonis, quien lo imputó, como propietario de la whiskería, por haber acogido a una menor de edad con fines de explotación sexual. En su relato, el regente argumentó que el local tenía habilitación municipal, que allí no se hacía ofrecimiento de sexo a los clientes y que la joven se había presentado para pedirle trabajo diciendo que era mayor de edad, pero que la rechazó porque no tenía documentos.
El 8 de marzo del año pasado, efectivos policiales se presentaron en La Guampa de Oro, un reconocido prostíbulo gualeyo. En el operativo se detectó la presencia de una joven de 16 años y tres mujeres mayores de edad que ejercían la prostitución y vivían en el lugar.
Además del dueño del comercio, en el operativo fue detenido otro hombre, identificado como Julio César Gómez, que habría sido quien reclutó a la menor de edad.
Gómez había buscado a la joven en la provincia de Santa Fe unos días antes y la llevó en colectivo hasta Gualeguay, engañada bajo el pretexto de una oferta de trabajo. Esto quedó probado porque en el allanamiento se encontró un pasaje emitido a su nombre.
Cuando se presentó ante el juez Zonis, Gómez negó cualquier tipo de vinculación con el hecho, aunque admitió que era un cliente habitual de la whiskería. Sin embargo, el magistrado lo imputó por la captación, transporte y traslado de una menor de edad con fines de explotación y dispuso su alojamiento en la unidad penal de Gualeguaychú.
La joven santafesina, que todavía es menor de edad, fue devuelta a su familia por efectivos de la Policía de Entre Ríos y en los próximos días el juez Zonis podría disponer el procesamiento de Almeira y Gómez por trata de personas, un delito que prevé penas de 4 a 15 años, según la tipificación que establezca el magistrado.
Antecedentes. Almeira es un cultor del bajo perfil aunque desde hace años regentea La Guampa de Oro, un prostíbulo centenario que se reconoce como el más antiguo de Gualeguay y uno de los más viejos de la provincia. Sin embargo, él asegura que se trata de un emprendimiento familiar habilitado.
El local funciona como bar en una añeja casona ubicada sobre calle Bruno Alarcón 280, a pocas cuadras de la plaza San Martín y no tan lejos del centro de la ciudad. En realidad, el lugar guarda una sugestiva discreción y ni siquiera tiene carteles en el frente que inviten a ingresar. Al trasponer la puerta hay algunas mesas dispuestas en un salón y en el fondo están las habitaciones de las alternadoras.
El local está habilitado como bar por la Municipalidad de Gualeguay, aunque la Policía de Entre Ríos lo reconoce como whiskería, ese eufemismo con el cual se denomina a los prostíbulos. El año pasado, luego del allanamiento en el que se detectó a una menor de edad estuvo un tiempo clausurado, pero enseguida volvió a funcionar.
Antes de caer detenido, Almeira repartía su tiempo y sus negocios entre Gualeguay, Paraná –donde tiene fijado domicilio– y la provincia de Misiones.
Esta no es la única investigación judicial en su contra ni tampoco la otra que lo tiene detenido en el norte del país. Hay una tercera causa surgida a partir de una operación de Gendarmería Nacional en la que se detectó a dos mujeres misioneras que eran transportadas en un colectivo de línea y tenían a La Guampa de Oro como destino final, publicó El Diario.