Por Natalia Buiatti,
de ANALISIS DIGITAL

Al finalizar las testimoniales en el juicio por la cocina de cocaína encontrada en un campo del Acceso Norte a Paraná, los imputados Vicente Bioletti y Ramón Palavecino decidieron ampliar sus indagatorias. El primero de ellos, dueño del campo donde sucedieron los hechos que se investigan, había hecho uso de ese derecho cuando inició el debate oral, al igual que el tercero de los imputados: Roberto Sterz. Pero Palavecino optó en ese momento por el silencio.

Sin embargo, este martes Palavecino no sólo brindó su testimonio ante los jueces, sino que se enfrentó en un careo con su ex empleador. Los hombres no lograron ponerse de acuerdo y cada cual sostuvo su versión del caso: ¿Sterz ingresaba al campo de Bioletti con la autorización del propio dueño? ¿Fue el mismo Bioletti quién lo llevó a Sterz a su campo y se lo presentó a Palavecino? En la segunda ampliación de su indagatoria, Bioletti sostuvo que no conocía a Sterz. Pero en la misma instancia, Palavecino aseguró que el mismo Bioletti llevó a Sterz al campo y se lo presentó.

“Cualquier cosa que diga Palavecino me condena”

Así volvió a defenderse este martes el imputado Vicente Bioletti. Ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Paraná, el hombre intentó despegarse de todo lo sucedido y cargó contra su ex empleado, el peón que le cuidó la estancia por varios años.

“No me pude expresar libremente en todo este tiempo. Eso no fue por el Tribunal, sino por mí. Días pasados tenía que decir algunas cosas que no me animé, y por eso recibí la recriminación de mi familia. Me siento vulnerable en sentido a Palavecino porque si yo digo algo ante este Tribunal por lo que él se sienta afectado, el puede decir cualquier cosa para defenderse”, comenzó su exposición el acusado.

Además, dijo que el día del allanamiento en su campo habló con Palavecino y le recriminó por lo que estaba sucediendo, algo que hasta este martes Bioletti había callado. “Ese día del allanamiento se encontró una prensa en su habitación y otra en el galpón. Yo le pregunté por eso y él me respondió que se la habían prestado unos amigos”, aseguró.

“A Palavecino no lo ví más después del allanamiento. Lo volví a encontrar en el penal, donde me puse a pensar un montón de cosas. Le pregunté en la cárcel por lo que había pasado y me dijo que no sabía nada, que habían abusado de él. ‘Alguien se metió ahí y yo no tengo nada que ver’”, aseveró el acusado y agregó: “Yo le creí”.

Bioletti también sostuvo que “al señor Sterz y a Luna (Claudio, el cuarto imputado que permanece prófugo) no los conozco”. “Estando en el penal supe de los antecedentes que tenían, pero nunca jamás lo ví a Sterz en el campo. Y a Luna… hasta el día de hoy no lo conozco”, apuntó.

Posteriormente, el imputado refirió que se enteró por sus abogados que Palavecino, después de un careo no conoció a las personas que estuvieron cenando con él. “Me sentí entre la espada y la pared. Pensé que tenía que pasar el tiempo, pero entendí que el apuntado era yo. Fue así que también le consulté a Palavecino y me dijo que no recordaba bien, que le habían mentido y que a veces se emborrachaba”, manifestó. “Primero dijo que los conocía y después cuando fue al careo no reconoció a Sterz”, planteó.

“Entonces, yo amplié mi declaración y expresé mi miedo por esto y por una posible extorsión, pero eso nunca ocurrió. Sin embargo, después que salí del penal, al poco tiempo, recibí tres atentados consecutivos: con una bomba molotov incendiaron la puerta de mi casa, después la rueda de la camioneta que estaba estacionada afuera de mi casa. Por todo esto actuó la Policía. Tuve que poner una cámara, como me sugirieron los policías, en frente, donde vivía mi hija para ver si había otro atentado. A los pocos días, un tercer ocurrió en el porche de la casa de mi hija, frente a mi casa. Ella estuvo dos o tres días internadas con pérdidas. Después de todo eso, tengo temor por mi familia. Tengo 58 años y nunca me pasó algo así. Siempre viví de mi trabajo”, agregó. “Tengo miedo. Tengo pánico por mi familia. Palavecino puede involucrarme con una mentira. Cualquier cosa que diga me condena. Yo lo quería. Era un buen empleado”.

También sostuvo que el día del allanamiento no llevó dos abogados al campo: “Uno era mi hijo Martín porque esa mañana lo llamé y le conté. Él me dijo que estaba con un amigo. Ese amigo es Velázquez (José), el defensor de Palavecino. Ellos después se enemistaron porque me hijo le reprochó que me estaba perjudicando”.

“Si yo hubiese tenido eso que había en la tapera, ¿le hubiese dicho a Palavecino que inmediatamente llame a la Policía cuando se cayó el avión? Creo que no, al menos le hubiese pedido que primero haga desaparecer todo”, esbozó. “En esto lo defiendo, creo que si él hubiera pensado la dimensión de lo que había ahí adentro no lo hubiese hecho”.

-“¿Por qué Palavecino puede decir algo que lo perjudique?”, preguntó el fiscal.

-“Palavecino no toma la dimensión de lo que significa eso”, respondió Bioletti.

Por su parte, el juez Roberto López Arango inquirió: “¿Por qué ahora cambio su postura y no planteó que estaba enojado con Palavecino por lo sucedido? Porque acá no mostró eso…”

El imputado se justificó y dijo que antes “tenía una precaución de enfrentarme con Palavecino por cualquier cosa que pudiera decir”. “En realidad estoy re caliente, tengo una puntada en el corazón. El mismo doctor (Julio Federik, su defensor) me aconsejó que no lo agrediera ni le dijera nada”.

Por último, deslizó que “las personas que estuvieron detrás de los atentados, estuvieran detrás de este juicio para que Palavecino cambie la declaración y me condenen”, y argumentó: “Quieren que me condenen porque soy el dueño del campo, una persona visible…”.

“A Sterz me lo presentó Bioletti”

Ramón Moncho Palavecino decidió hablar este martes, al finalizar la etapa testimonial.

“Trabajaba mucho en el campo, primero para el hermano del señor Bioletti. Su familia fue muy buena conmigo. Yo me porté bien. Siempre anduvimos todos bien. Todos unidos”, aseguró Palavecino. Este martes, dijo que él no andaba en la tapera, “por eso desconozco lo que había”. Reconoció que “la noche anterior al allanamiento se hizo un asado y lo comimos con Sterz y Luna”.

“Yo conocía a Sterz. Me lo presentó Bioletti y me dijo que entraría al campo a cazar pajaritos y a pescar. Esa noche, Sterz llegó con Luna a la estancia y me dijeron que comeríamos un asado. Me dieron la carne y dos botellas de vino. Yo me fui adentro a prepararlo y cuando salí ellos no estaban. Al rato volvieron con unas cosas y una prensa. Comimos el asado. Luna cargó esos bultos en su auto, y aseguró que enseguida volvería a buscar a Sterz y llevaría la prensa, pero nunca volvió”, explicó. Afirmó que como Luna nunca volvió, llamó un remís para Sterz y él arrastró la prensa hacia su habitación. “La arrastré porque no la podía levantar”.

Sobre el acceso de Sterz al campo, el ex peón de la quinta dijo que “no andaba controlándolo”. “Él andaba porque tenía la orden de Bioletti”. Añadió que a Luna lo había visto como mucho dos o tres veces antes. “Me decía que se iba a la costa a pescar y me dejaba el teléfono”, deslizó.

Ante la interpelación de uno de los defensores de Bioletti, el hombre apuntó que a Sterz lo conoció por el mismo Bioletti. “Me lo presentó a en la casa. Me dijo: ‘este hombre va a entrar para cazar pájaros, y la verdad es que yo nunca lo ví en otras cosas”, ssotuvo.

Además, reconoció que en un careo anterior dijo no conocer a Sterz, pero argumentó: “Dije que no lo conocía porque en el penal, él me ayudó mucho. Me mandaba comida y cosas de higiene porque no podía ver a mi familia. Como él era muy bueno conmigo, yo no quise decir que lo conocía…”

También explicó por qué había una prensa roja guardada en el galpón. “A esa la encontré en el camino a Mariápolis, estaba tirada y en desuso. La desarmé, la limpié y la volví a armar, pero no funcionaba bien. Por eso quedó en el galpón”, esbozó.

Refirió que no sabía por qué estaba preso Sterz. “Y no pensó que fuera por lo de la tapera, si yo no soy desconfiado...”, sostuvo, y completó: “Puede ser que Bioletti ande en eso, pero yo no, no andaba, no sé...”

Careo

Ante la incompatibilidad de las afirmaciones entre Palavecino y Bioletti, el defensor Julio Federik pidió un careo entre ambos imputados. El abogado quería saber si podían ponerse de acuerdo en algo: ¿quién llevó a Sterz al campo?

-“Moncho, estás mintiendo hermano. Por qué decías que yo te lo presenté a Sterz, si son amigos tuyos”, interpeló Bioletti, alzando la voz.

-“Fue así, cómo usted dijo, así es”, apenas se oyó de parte de Palavecino.
-“Estás confundido Moncho”, retrucó Bioletti.

Ambos hombres no se pusieron de acuerdo en las versiones.

Testimonios

Este martes también prestaron testimonio seis personas: Daniel Keiner y Miguel Wignier, vecinos del campo; Enzo Ricardo Silvestre, amigo de Bioletti; Rodrigo Ivar Villanueva, Ivana Melisa Bogarin y Rubén Darío Canalis Ramallo, tres testigos de operativos policiales.

De todas las declaraciones, el dato saliente y en el que coincidieron fue que durante la interceptación a Sterz, cuando salía en remís de la quinta, uno de los objetos que llevaba consigo era una linterna. En esta línea, vale agregar que mientras se hizo la vigilancia nocturna en la tapera, se observó a dos siluetas masculinas que ingresaban y salían de la tapera hacia el casco de la estancia con bultos y llevaban al menos una linterna. “Se veían destellos de luz, por lo que supongo que llevaban una linterna”, dijo la semana pasada Mario Alberto Núñez, el policía que usó un visor nocturno para desempeñar la tarea.