La decisión se tomó después que la Justicia Federal constatara al menos dos violaciones a las reglas de conducta que la jueza Berros le había impuesto a Spoturno, quien tenía el beneficio del arresto domiciliario para atender a sus hijos menores.
Ya en mayo pasado la mujer había recibido un “severo apercibimiento” de que si volvía a incurrir en una violación de las condiciones impuestas para la prisión domiciliaria, le serían revocados los permisos. “Personalmente, estoy cansada de algunos incumplimientos”, le advirtió la jueza Berros en su momento, en una audiencia que se celebró después de que Spoturno y Caudana fueran sorprendidos por efectivos policiales que custodiaban la casa de un testigo en una causa por drogas en la que el hombre estaba mencionado.
En ese momento se le mantuvo el beneficio, pero con mayores restricciones, y se le revocaron las salidas sociolaborales que tenía para atender la fábrica de hielo que montó con su marido en Avenida Jorge Newbery de la capital provincial.
Lo cierto es que después de aquel episodio, se dispuso que una guardia del Servicio Penitenciario debía realizar controles sorpresivos en la vivienda de la mujer para constatar que estuviera allí. Según se indicó a ANALISIS DIGITAL, fueron dos las ocasiones en las que no estaba. En su descargo, el abogado Jorge Qüesta, defensor de Caudana y Spoturno, afirmó que la mujer había salido a la farmacia por una urgencia.
María Laura Spoturno, de 37 años, purga una condena de cinco años y nueve meses de prisión que le impuso en 2010 el Tribunal Oral Federal de Paraná por integrar una organización dedicada a la venta de estupefacientes. En el mismo juicio también fueron condenados Caudana y otros integrantes de su familia.