El primer cuarto marcó la tendencia de lo que sería todo el desarrollo del partido. Con un parcial de 15 a 5 en los primeros cinco minutos, Peñarol empezó a ser el dominador de las acciones con mucha claridad. La segunda mitad de ese período mostró una leve levantada del equipo cordobés, que a pesar de la diferencia en el marcador forzó situaciones como para revertir el partido. Igualmente, y más allá del intento de Atenas, el Milrayitas cerró el parcial 24 a 16 en su favor.
En el inicio del segundo cuarto no hubo demasiadas variantes en el lineamiento del juego. Leo Gutiérrez terminó de meterse por completo en las finales y provocó la euforia de la gente con su efectividad en tiros de tres puntos (cuatro en el cuarto, seis en el primer tiempo). Peñarol terminó de sacar definitivamente a Atenas del juego y cerró la primera mitad con un contundente 55 a 32.
Difícil era pensar en una levantada del conjunto de Sebastián González, teniendo en cuenta la noche que estaba pasando Peñarol. Por eso, el inicio del tercero terminó de cerrar la historia y el pensamiento utópico sobre una posible levantada de la visita. Con un porcentaje de triples impecable, los marplatenses terminaron de apabullar a su oponente y el partido terminó ahí, más allá de los 10 minutos que restaban jugar del último cuarto. 73-46 y primer punto de la serie para Peñarol.
El cuarto período fue más de lo mismo. Peñarol terminó de demostrar su sólida conducta de equipo y logró coronar una noche inolvidable con un resultado mentiroso para una final de Liga Nacional. El 95 a 64 que arrojó el marcador no es el resultado real que se van tener en el resto de los partidos finales.
Por lo pronto, Peñarol arrancó con el pie derecho, desmoronó el sueño de Atenas de quedarse con el primer juego en Mar del Plata y significó el 1 a 0 en la serie, para estar un paso más cerca del bicampeonato.