En la previa del duelo, sobraban los motivos para esperar una diferencia importante entre los protagonistas. Sin embargo, dos factores se confabularon para diseñar una paridad sorpresiva. Argentina sintió el desgaste del partido ante Puerto Rico del viernes y lució muy pasiva, mientras que su rival se olvidó de la diferencia de jerarquía y dio pelea con mucha humildad. El primer cuarto terminó con un 21-20 para el elenco nacional, con Scola como figura (siete puntos y seis rebotes).
Los argentinos tampoco pudieron graficar su superioridad en el marcador durante el segundo capítulo. Panamá se animó a jugar de igual a igual y frenó los embates con una sobria defensa zonal. Y a la hora de dañar, hubo un tridente efectivo que generó dolores de cabeza: Lloreda (11 puntos), Garcés (10 y 13 rebotes) y Forbes (10 tantos). Inesperadamente, los centroamericanos se fueron al vestuario con un 39-38 en el resultado y obligaron a hacer una reflexión.
El tirón de orejas sirvió para poner las cosas en su lugar en el amanecer del tercer cuarto. Con una ráfaga tremenda, Argentina se puso arriba por ocho puntos en cuatro minutos. El artífice de la levantada fue Nocioni, quien se lució como artillero, junto al Chapu, también dijo presente Ginóbili y Panamá quedó a la deriva. Ese parcial finalizó 64-51 para los locales, que sin brillar dio vuelta el trámite de un partido opaco.
Dos triples de Priogioni en el inicio del último cuarto ampliaron la diferencia y sentenciaron la victoria argentina. Panamá bajó los brazos y los de Lamas arrancaron un show de dobles y triples. Quedó el marco ideal para las ovaciones del público que le dio calor al Polideportivo de Mar del Plata.
Scola se erigió como el goleador Albiceleste con 19, escoltado por Nocioni (18), Prigioni (17) y Ginóbili (14). En tanto, los centroamericanos contaron con el artillero del duelo (Lloreda, con 20). A partir de ahora, el camino será más arduo y los cuatro mejores avanzarán a las semifinales.