Roberto Ayala: "En la zona podemos clasificar primeros tranquilamente"

Hace 15 días pasó por el quirófano, su rodilla derecha ya está desinflamada y seca (tenía líquido antes de la operación) y Roberto Ayala tacha los días para su vuelta. La re-ruptura meniscal ya es parte del pasado y el presente es ponerse 10 puntos: hasta que vuelva a España, la está realizando en el predio de Ezeiza con el cuerpo médico de la Selección. Con 32 años, con la experiencia de haber estado en los ciclos de Alfio Basile, Daniel Passarella, Marcelo Bielsa y ahora José Pekerman, es un referente para hablar de la Selección. El paranaense en un fragmento de la nota hizo mención a sus orígenes como futbolista, donde destacó haber compartido la zaga central con su papá, Roberto Camilo.

Este es un fragmento de la nota realizada por el diario deportivo Olé.

-¿Cómo estás de la lesión?
-Vamos bien. Ya me sacaron los puntos y camino con normalidad: hay buenas sensaciones. De acá a un mes podré hacer los trabajos más fuertes. Lo que me están haciendo es electroestimulación, para no perder tanto el músculo, y ya mañana comenzaré con los trabajos en la pileta, que me van a ayudar a ganar movilidad.

-¿Estás ansioso?
-No. Los primeros días son de mucha paciencia. Y de la cabeza estoy bien porque luego de la artroscopia me quedé tranquilo. Vi que la rodilla por dentro está bien. Se limpió la parte que tenía mala, no es una recuperación larga y esta lesión, dentro del mal, me va a permitir tener un beneficio: voy a poder trabajar en la parte física un poco más que mis compañeros, que estarán jugando. En marzo ya estaría jugando, y me quedan tres meses de competencia hasta el Mundial.

-¿Vas a llegar bien, entonces?
-Con los partidos justos, pero en muy buenas condiciones: soy optimista. Mi cabeza no piensa que hoy estoy parado ni lesionado. Estoy pensando en hacer bien las cosas, en no apurarme como hice en la primera intervención que me realicé tras los Juegos Olímpicos. Nos apresuramos y éstas son las consecuencias.

-¿Cómo está la Selección?
-Hay una responsabilidad por lo que ha pasado en el Mundial anterior y eso, sinceramente, el grupo está dispuesto a darlo vuelta. Los momentos que nos toca estar juntos, a la hora de trabajar, hay un compromiso enorme. Hay un cambio generacional, pero no afecta porque el jugador argentino se identifica mucho con esta camiseta. Quiere estar siempre en la Selección: se hacen muchos sacrificios que por ahí en un club no. Sabemos que en el Mundial vamos a necesitar que todos estemos finos, que nuestras piernas respondan. Mentalmente estaremos bien.

-¿A qué debe apuntar Argentina en el Mundial?
-Nuestro objetivo es estar entre los cuatro primeros. Hay con qué. Pero para eso debemos llegar al mes de competición muy finos.

-¿Qué sentiste cuando viste el grupo que nos tocó?
-Veía los rivales que nos iban tocando, y cuando llegó el último imaginé que era Serbia y Montenegro. Tampoco hay que agrandar a los rivales: la medida justa. Respetarlos, saber que son buenos equipos, pero no invencibles. En ese grupo, Argentina puede clasificarse primera, tranquilamente.

-Pero hay un descrédito de la gente para con esta Selección
-En el 2002 era todo al revés y sin embargo nos fue mal. Por supuesto que nos gustaría que la gente esté de nuestro lado, pero también depende de nosotros. Protagonistas tenemos que ser en el Mundial, partido a partido. Ahí tenemos que ser candidatos, no antes. Antes no sirve. Que la gente no crea en nosotros puede ser un estímulo, también. El jugador argentino podrá decir ''pucha, la gente de mi país no está contenta con su Selección'', y eso en la cancha tendremos que ganarlo.

-¿Sentís que estás ante la última gran chance?
-Por edad puede ser. Cuando hablamos con Juan (por Sorin) con el Pupi (por Zanetti), que por edad podemos ser referentes, les decimos a los muchachos que cuidemos todo porque yo mañana voy a tener 33, pero acá hay chicos de 18, 19 años que, por ahí, también pueden tener su último Mundial. Cada técnico tiene sus jugadores, sus gustos.

-Sos referente de jugadores y de técnicos. ¿Y el hincha?
-Me transmite mucho respeto.

Apostillas

Ferro en el corazón

"De mi época de Ferro me acuerdo de la pensión, de la señora Amalia que nos hacía el desayuno, de Griguol, de mis primeros días en Buenos Aires, de mi debut en Primera ante Belgrano en el año 92".

Jefe de hogar

"Con los pibes, al shopping no: viven pidiéndote cosas, ja. Los llevo al campo y ahí disfrutan de jugar a la pelota con los primos o estar en la pileta. Acá, vamos de casa en casa, de asado en asado, aunque con mi mujer, Verónica, en los ratos libres salimos al cine o al teatro. Tengo cuatro hijos: Cinthia (16), Francisco (9), Sofía (7) y Pilar (año y medio). Con la bebé, costó volver a los pañales: me había desacostumbrado".

Ni un pelo de loco

"Cuando se fue hubo un retroceso. No sólo por su capacidad como técnico. Yo tengo cosas que en lo personal, se las debo a él. Ojalá tengamos una Argentina con gente como Bielsa. Directa, respetuosa, que te valora... El Profe Bonini me contó que quiere volver a di- rigir. Es hombre de fútbol y el fútbol lo necesita".

A los 15, papá era compañero de zaga

"Es un orgullo haber jugado junto a mi papá en el club San José, en la Liga Diamantina de Entre Ríos: fue hace 17 años, pero son cosas que quedan grabadas por siempre. Mi viejo era el técnico-jugador del equipo. Ahora es el presidente del club Neuquén, de Paraná, Entre Ríos. Lamento que no pude ver los mejores años de mi padre. Todo el mundo hablaba de cómo jugaba, de lo que era a nivel provincial, su calidad, de su por qué no llegó al fútbol grande".

Si el físico aguanta...

"No sé si imagino jugar como Sensini, hasta los 39. El de Roberto, el de Carboni, el de Maldini, son físicos privilegiados. Ojalá pueda llegar. Es una profesión que disfruto y respeto".

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