Por la Copa Sudamericana, San Lorenzo venció a Boca 1-0 en el último minuto. El equipo de Veira, que ganó su segundo partido consecutivo, había creado muchas situaciones de gol en la primera parte, pero pudo definirlo recién al final. El único tanto del encuentro lo marcó Adrián González.
Fue grito, explosión, justicia... Todo eso encerró ese golazo que clavó Adrián González al final del partido. Pero no disimuló la oportunidad inmejorable que perdió San Lorenzo para asegurar su clasificación a la siguiente fase de la Sudamericana y que su viaje a Salta para jugar la revancha con Boca fuese un trámite. Porque debió obtener una mayor diferencia, especialmente durante el primer tiempo.
Pero no pudo por el azar (dos veces el travesaño salvó a Boca,'); porque el Pato Abbondanzieri tuvo una noche magnífica y porque, al contrario, Germán Herrera (que jugó bien) no estuvo fino al definir y terminó expulsado. No se puede soslayar el mérito del Bambino Veira, quien —además de acentuar su paternidad personal sobre Boca (de 28 partidos con San Lorenzo, River, Vélez, Lanús y Newell''s le ganó 12 y le empató 8)— en esta vuelta lo lleva invicto al equipo de Boedo, no recibió goles en su arco y le falta mejorar la definición de sus delanteros para no sufrir tanto como anoche.
Habrá que convenir que durante esos 45 minutos iniciales pareció que Bianchi le había transferido el famoso celular de Dios a Brindisi. Porque... Que le hayan creado tantas situaciones, que haya jugado tan mal atrás y que se haya ido al descanso con la valla en cero fue un verdadero milagro para Boca.
San Lorenzo mereció, al menos, dos goles ya que hubo una gran diferencia entre los titulares de San Lorenzo y la formación mixta que presentó Boca, con algunos nombres importantes y otros que siempre están a la hora del recambio. Pero esto no le recortó méritos al equipo del Bambino Veira.
Lo mejor de Boca se vio en los primeros 10 minutos. Neri Cardozo se escapó de Michelini y fue el gestor del juego visitante: un zurdazo cruzado de Palermo y otro remate desde afuera de Cardozo inquietaron a Ramírez. Pero San Lorenzo se acomodó y empezó a llegar una y otra vez. Abbondanzieri se lo tapó a Herrera (hubo penal de Matellán no cobrado). Cabeceó Wálter García y Traverso estrelló la pelota en su propio travesaño (después el Pato salvó dos veces más pero estaba todo anulado por offside de Michelini).
Y otro cabezazo de Herrera en el travesaño con el arco vacío (Abbondanzieri había salvado el tiro de Lavezzi) fueron un ejemplo de las muchísimas situaciones que tuvo el local para quebrar el cero.
San Lorenzo marcó la diferencia a partir de la velocidad que tuvo a la hora de atacar. A través de un Romagnoli inspirado y de dos delanteros, como Herrera y Lavezzi, explosivos a la hora de picar para buscarlas todas. Y eso que Barrientos no estuvo lúcido para asociarse al Pipi y así establecer más superioridad.
La velocidad de San Lorenzo contrastó con la lentitud del fondo de Boca. Matellán está pagando el precio a su larga inactividad. Álvarez no pudo disimular su perfil cambiado. Y Traverso, ubicado como volante central, estuvo lejos del que ocupó la misma posición en el Boca de Bianchi.
El partido perdió un poco de emoción en el segundo tiempo. San Lorenzo bajó de la quinta a la cuarta velocidad quizás por el cansancio acumulado. Romagnoli siguió preocupando pero los dos de arriba —Lavezzi y Herrera— no fueron tan punzantes y Boca no regaló tantos espacios como en el primer tiempo.
Y mientras al local le costó crear situaciones, fue Boca el que tuvo dos chances en el primer cuarto de hora. Paredes, que alternó buenas y malas con Carreño, le quitó limpiamente desde atrás cuando el delantero visitante se aprestaba a definir. Y Wálter García y Ramírez ratificaron sus momentos salvando un centro atrás de Cardozo a los 13 minutos.
Quedaron la vuelta de Donnet. Las expulsiones de Vargas y Herrera. La entrada del tosco Olivera. La salida de un Palermo chico. Y ese derechazo final de Adrián González que puso el grito de victoria y fue súper merecida.