(Por S.W. para ANÁLISIS DIGITAL)
Los dirigentes fueron convocados este lunes a un panel por el programa Fuera de Juego (Canal 4 – Gualeguaychú) y el primero en tomar la palabra fue Jorge Marcelo D’Agostino, quien hizo un análisis “por la negativa” de lo que significó la elección santafesina, donde se proclamó gobernador Antonio Bonfatti, el hombre de la línea de Hermes Binner.
“Lo primero que pensé fue en un traslado de votos en manifestación contraria, dándole a la presidenta Cristina Kirchner la gran derrota de la noche. Nuestro Frente Progresista Cívico y Social, que compartimos en la provincia de Santa Fe y lamentablemente no pudimos concretar acá hasta ahora, ha tenido los votos que se suponía podía tener. El delfín de la Presidenta, con un 22 por ciento, muestra claramente que no hay ningún tipo de interés en continuar apoyando la propuesta o el plan del gobierno nacional”, planteó el vialense. Y en ese punto, aprovechó a incluir una crítica a lo que el kirchnerismo llama su “modelo”. “Eso no es modelo. Modelo se supone que hay una estructura, un sistema, un equilibrio de pautas, y acá no se ve nada de eso”, fustigó.
Luego, sintetizó: “Creo que la gran derrotada fue la propuesta presidencial; que no hubo dudas del triunfo del Frente Progresista; y que el enorme caudal de votos llevó a Del Sel al segundo lugar, a mí criterio es un caudal ficticio, un simple argentinismo más, un momento más de bronca que le dio el nombre a un simpático cómico que en 40 días apareció en la política y casi es gobernador”.
Por su parte, Américo Schvartzman quiso incorporar algunos matices a las palabras del candidato a vicegobernador. “Es bueno aclarar que en Entre Ríos también existe un Frente Progresista Cívico y Social. No hemos podido coincidir en eso en la categoría en la que a mí me toca encabezar la propuesta del socialismo, pero hay una coincidencia en el resto de las categorías equivalente al caso de Santa Fe, con distinto alcance, pero una propuesta similar”, puntualizó el candidato a diputado nacional.
Con respecto a los comicios en la vecina provincia, consideró que “hay un elemento que no se puede soslayar en el análisis y que es la incorporación de la boleta única”. “Esto hace que el ciudadano recupere la autorización libérrima, al punto de que el fenómeno Del Sel, se limita a la candidatura de Del Sel, no se traslada en absoluto a sus concejales ni diputados”, subrayó el docente y periodista.
En ese mismo sentido, Schvartzman rescató el impacto que produce la incorporación de un “sistema de transparencia en la forma de elección”. “El justicialismo en la primaria había obtenido arriba del 40 por ciento. Sin embargo, casi la mitad de esos votos, Agustín Rossi no los pudo retener por su incondicional adhesión al kirchnerismo. Buena parte de esos votos se fugaron hacia la expresión de Del Sel, una alianza entre los sectores del peronismo y el PRO, que si uno hace un poco de remembranza, no es muy diferente a lo que expresaban los candidatos farandulezcos del menemismo en los ‘90”, desmenuzó.
Escenario nacional
Consultados respecto de cuánto puede cambiar el escenario nacional a partir de lo ya sucedido electoralmente en la Ciudad de Buenos Aires y en la provincia de Santa Fe, y el proceso que resta afrontarse en Córdoba, el ballotage porteño y las primarias del 14 de octubre, antes de las generales de octubre, los candidatos respondieron en términos de dudas y certezas.
“Es tan volátil la voluntad popular en este momento que ha quedado demostrado en las encuestas, otras grandes derrotadas del domingo. Tengo algunas dudas y algunas certezas. Creo que esto va más allá de Santa Fe, que los medios nacionales ayudan, que hay un empujoncito de la tendencia; pero lo que más se nota es un malestar respecto de la posición del gobierno. En base a eso, me parece que se va a producir una dispersión propia de una elección donde hay tanta confusión, y más en Entre Ríos, con una elección voluntaria mezclada con una obligatoria”, manifestó D’Agostino.
Y Schvartzman compartió “bastante”. “Por ahí la duda que queda es de qué manera se va a modificar o mantener el panorama tras las elecciones que faltan. Creo que Luis Juez tiene grandes chances de triunfar en Córdoba. Entonces, las elecciones que todavía faltan, aparecen como derrotas previsibles del kirchnerismo; pero que de ahí eso se traslade a un escenario en el que la actual Presidenta pierda muchos votos en manos de una oposición que está fragmentada porque ha apuntado a estrategias distintas, deja cierta incertidumbre”, analizó.
“Nosotros estuvimos el domingo en el Patio de la Madera, en Rosario, y la algarabía y las dificultades al mismo tiempo, muestran la consolidación de la presencia de Hermes Binner como candidato a presidente de la Nación; y también muestran de qué manera la sociedad argentina comienza a registrar la existencia de esta nueva propuesta, que es el Frente Amplio Progresista a nivel nacional, y que empieza a hacer su camino”, completó el uruguayense.
Escenario provincial
Los candidatos observaron también el contexto político de Entre Ríos, tras el triunfo del Frente Progresista en Santa Fe y la múltiple división del peronismo, que en la provincia se presenta al menos en tres líneas: la oficialista del gobernador Sergio Urribarri, la federalista de Jorge Busti y la del duhaldismo en alianza con el PRO. ¿Cuánto gana con ello el frente?
“Es insuficiente para nosotros como FPCyS. Estas situaciones pueden llegar a durar muy poco tiempo en la memoria de la gente, si uno no genera políticas pro activas para establecer una diferencia clara entre lo que quiere hacer el gobierno, lo que debió haber hecho y no hizo, y lo que hizo y que puede ser celebrado. Todo se disipa muy rápido”, enunció en principio Jorge Marcelo D’Agostino.
Y en tal sentido se refirió a la “deuda de reordenamiento y regularización de los partidos políticos”. “Teniendo una herramienta extraordinaria como es la variante del sistema electoral de boleta única -también hay otros que sería lindo explorar-, los partidos políticos no pueden quedar a merced del humor de una sociedad. Hay que entender a los partidos políticos como instituciones fundamentales del sistema democrático, apoyados por las organizaciones intermedias, que no tienen que dejar de controlarlos”, sostuvo el abogado constitucionalista y agregó: “Estamos trabajando hace mucho tiempo para que se despierte la sociedad intermedia y deje de lado la democracia delegativa. La idea es más participación, más involucramiento social, más democracia semi directa”.
A lo dicho y en convergencia, Américo Schvartzman agregó una crítica al hecho de que “el justicialismo manipula la estructura jurídica electoral en función de sus conveniencias coyunturales”. “Hace poquitos meses, cuando fue presentado el proyecto de la llamada reforma política que dio como resultado la ley de primarias, el argumento era justamente impedir que las cúpulas partidarias eligieran los candidatos a espaldas a la sociedad. Basta con ver los resultados. En el caso del propio justicialismo, decide ir a elecciones mediante la existencia de cualquier otro sello. Así, el 14 de agosto y el 23 de octubre habrá tres candidatos justicialistas que evitaron presentarse a internas: Cristina Fernández va sola por una estructura legal; Alberto Rodríguez Saá va por otra estructura legal; Eduardo Duhalde va por otra”, planteó respecto del mapa nacional.
Mientras que en la provincia, dijo, “no es muy distinto”, a pesar de que la ley de internas aquí data de 2006 y posibilita que al haber lista única no se vaya a internas. “Urribarri mismo, después de haber recorrido la provincia bajando las listas internas, inventa un candidato de decoración para poder participar de esa interna y al otro día del 14 de agosto poder decir que el triunfo es de Cristina y de Urribarri, en el caso de que se dé. De modo que la tergiversación y la manipulación de las instituciones que realiza el justicialismo resulta muy grave para nuestra democracia”, fustigó el socialista.
Y ahondó: “En función de una democracia de nuevas bases, en la que efectivamente seamos capaces de marchar hacia una democracia participativa, hay que empezar a establecer compromisos fuertes, como la derogación de la Ley Castrillón, que sola no alcanza. Hay que insistir en un futuro no muy lejano una nueva reforma constitucional en Entre Ríos, en la que las oportunidades que se perdieron en la reforma de 2008 sean corregidas y mejoradas para que el discurso político pueda tener algo que ver con los reclamos y las necesidades de la sociedad”.