En total, el megaoperativo cuenta con la participación de unos 600 efectivos, helicópteros y francotiradores. La búsqueda en rutas, caminos rurales, campos y zonas de difícil acceso hasta el momento resultaron infructuosas.
Una hipótesis que manejan los investigadores es que los prófugos no habrían podido hacerse de otro vehículo y podrían estar en alguna tapera o escondidos en algunos maizales que superan una altura de un metro y medio.
Además, los rastrillajes se siguen realizando por tierra y por aire, con el apoyo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), en la zona que no tiene cursos de agua y es una gran planicie.
El hermetismo de las Fuerzas Federales es total e incluso trascendió que se le ha sugerido a los presidentes comunales e intendentes de las localidades que no hagan declaraciones porque podrían ser escuchadas por los prófugos.
Si bien las fuerzas estiman que los prófugos no pudieron haber salido del radio donde se desarrolla el operativo, no se descarta que hayan podido cruzar hacia otra provincia vecina.
Por esa misma razón, el titular de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procurar), Diego Iglesias, ya coordinó con otros fiscales federales de las provincias vecinas a Santa Fe para estar en alertas. Asimismo, desde la Procunar se coordinó con las fiscalías federales de Santa Fe, la de Federico Carniel en el Chaco y también con fuerzas federales que operan en la provincia de Córdoba.
En las últimas horas, Gendarmería Nacional inspeccionó unas veinte viviendas para dar con los prófugos pero los procedimientos dieron negativo en la localidad de San Agustín, en Santa Fe, cerca de donde ayer tuvo lugar el enfrentamiento armado.
Para las próximas horas, el juez Sergio Torres aguarda el informe sobre el levantamiento de rastros que ordenó de la camioneta Renault Kangoo hallada en una vivienda abandonada en San Carlos, donde se refugiaban los prófugos, consignó Infobae.