Fue el equipo de Kudelka el que dominó el juego desde el principio con presión en la mitad de la cancha y velocidad en los últimos metros para aprovecharse de una defensa dubitativa. A los siete minutos, los visitantes amenazaron con un centro rasante de Velázquez que pudo despejar el entrerriano Bruno Urribarri; 60 segundos más tarde pudieron concretar gracias a un estupendo derechazo de Rosales que dejó sin respuestas a Pozo.
El cachetazo no despertó a los jugadores de Colón, que continuaron con las desatenciones ante un rival que se jugó la vida en cada pelota. Y la diferencia se estiró a los 18, cuando el paranaense Fausto Montero encontró un rebote de Pozo en un área plagada de rivales que quedaron clavados como estacas. Recién sobre el final de la primera parte el Sabalero mostró algunos signos de reacción, aunque demasiado tibios como para torcer la historia.
En el entretiempo, Mario Sciaqua movió las piezas e intentó bajar un mensaje que sus jugadores cumplieron a medias. El ingreso de Federico Higuaín por el crespense Sebastián Prediger instaba a los locales a buscar rápido el descuento, pero esto no ocurrió a pesar de que Unión se replegó en su campo y apostó al contraataque. Lessman, quien había ingresado por Bastía, tuvo una clara ocasión para marcar el descuento, pero definió muy suave y Erramuspe pudo despejar el peligro, da cuenta TyC Sports.
El nerviosismo desbordó a algunos jugadores de Colón, y Moreno y Fabianesi dejó a su equipo con diez hombres cuando faltaban diez minutos para el final. Aún así, el Sabalero pudo haber anotado con un cabezazo de Lessman que se estrelló en el travesaño de Enrique Bologna. Sin tiempo para más, la hinchada de Unión armó una fiesta y disfrutó de su primer triunfo desde que retornó a Primera. Nada menos que en el clásico, y nada menos que en el Cementerio de los Elefantes.