
Marisa Nuñez, Luciana Pirro y Susana Zapata, gestoras del colectivo Caudillas del Barro.
Por estos días, la sala de La Hendija Arte Contemporáneo, en Paraná, se prepara para recibir la muestra titulada "La Ingobernable Belleza del Barro", del colectivo Caudillas del Barro, un grupo de artistas mujeres oriundas de Victoria, Entre Ríos, integrado por Susana Zapata, Marisa Nuñez y Luciana Pirro, con curaduría de Celeste Medrano. La exposición, que se inaugura el viernes 17 de octubre a las 20, reúne fotografías en gran formato, videos de performances y objetos que registran cinco años de trabajo en distintas provincias argentinas. Pero detrás de las piezas hay una trama vital y es la que cuenta Zapata, escultora, ceramista, performer y docente jubilada, que a los 55 años continúa moldeando con sus manos una forma de persistir en el arte.
En una charla que mantuvo con Análisis, Susana contó cómo surgió el proyecto: "Nosotras somos ceramistas, escultoras, y desde hace unos años también trabajamos con la performance. Caudillas del Barro surge en La Rioja, en el año 2020. Fue como un bautismo. Nosotras participábamos en un campamento artístico y curatorial junto a la investigadora Kakena Corvalán, y algunos artistas nos empezaron a llamar así. Venimos de una provincia de caudillos, pero nosotras queríamos ponerle cuerpo femenino a esa palabra, hacer visible otra historia posible".
La pandemia las sorprendió viviendo en las afueras de Victoria, en la periferia, donde la naturaleza y el barro son parte del paisaje cotidiano. "Cada una empezó a trabajar desde su lugar. Después, cuando podíamos, nos juntábamos en el campo. Al principio éramos Marisa y yo, y después se sumó Luciana", explicó. De esas primeras experiencias surgieron acciones performáticas que hoy forman parte del recorrido de la muestra, como los cuerpos cubiertos de arcilla, los rostros hundidos en la tierra, las manos que amasan y moldean.
El barro es, para ellas, mucho más que materia. Es identidad, es gesto, es territorio. "Para nosotras es otra piel. Trabajamos con el cuerpo, y el cuerpo es obra. Encontramos en el barro una belleza distinta, una belleza que no se mira, sino que se siente. Vivimos en el barro, claro que a veces uno reniega, pero es otra cosa, es otra belleza", afirmó Susana.
La muestra que se verá en La Hendija condensa trabajos realizados entre 2020 y 2025 en Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes, La Rioja, Chaco, Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Son fotografías y registros en video de performances colectivas y territoriales, junto con objetos y piezas cerámicas. "La curaduría estuvo a cargo de Celeste Medrano, que además de artista es doctora en Antropología. Ella hizo la selección de fotos y videos. Tuvimos que dejar mucho material afuera, porque tenemos una producción enorme. Se eligieron las obras más potentes, las que mejor representan el espíritu del proyecto", detalló Susana al ser consultada por el proceso de selección.
El recorrido incluye también un video inmersivo que permitirá al público "meterse dentro de la fotografía", como definió la artista. La propuesta es experimentar lo que significa habitar la materia. "Queremos que la gente pueda sentir el barro, no solo mirarlo. Que entienda que ahí hay historia, cuerpo, emoción", explicó.
Las Caudillas del Barro también sostienen talleres barriales de cerámica, mosaico y gráfica activista; fundaron la Escuelita de la Perfo, un laboratorio a cielo abierto para artistas; y coordinaron el encuentro nacional de Arte Sos Barro, en 2023. También participaron en la Bienal de San Pablo, Brasil, en 2023 y 2025, convocadas por la investigadora y curadora Kekena Corvalán. "Para nosotras fue un crecimiento enorme. En la Bienal hicimos acciones participativas y pequeñas performances. Estar ahí, junto a tantos artistas, fue una forma de confirmar que nuestro camino tenía sentido", afirmó.
Susana Zapata tiene una trayectoria amplia, marcada por el trabajo docente y la autogestión. Es profesora en Artes Visuales, especializada en escultura y cerámica. Trabajó muchos años en la Escuela de Artes de Rosario del Tala y en la de Victoria. Ahora está jubilada, pero el arte sigue siendo parte de ella, algo que resumió con una simple frase: "Yo siempre digo que uno no vive del arte, sino que vive con el arte".
La artista también comentó que a lo largo de los años combinó la docencia con la producción y la gestión cultural. "A veces hacemos pequeñas piezas, objetos de cerámica o joyería, para vender. Así vamos sosteniendo lo que implica producir una obra. Es difícil, pero lo hacemos igual".
A los 55 años, Susana anhela la continuidad en su trayectoria. "Siento que tengo que seguir creciendo, sola o con mis compañeras. La performance me cambió la vida. Me gusta el teatro, la música, y en las performances a veces canto. No es actuación, es emoción. Cuando hago una perfo, me transformo. Me convierto en ese río que llevo a todos lados, en ese barro que me acompaña desde siempre", dijo y agregó "me gustaría tener otra vida para poder cumplir con todo lo que tengo por hacer".
Su voz tiembla apenas al recordar el camino recorrido. "Nos ha costado mucho llegar hasta acá. Son muchos años de trabajo, de formación, de insistir. Seguimos haciendo escultura, cerámica, performance. Pero llevar el barro en el cuerpo es otra cosa. Es expandir lo que aprendimos, llevarlo más allá".
La Ingobernable Belleza del Barro podrá visitarse en La Hendija (Gualeguaychú 171) desde su inauguración hasta el 21 de noviembre, de lunes a sábado, de 17:30 a 20, con entrada libre y gratuita.