
Mariano Werner ha sabido disfrutar de grandes títulos, grandes logros dentro del Turismo Carretera, siendo campeón 2020, 2021 y 2023. Demás está decir que en 2024 una maniobra escandalosa antideportiva, le quitó la chance de sumar su cuarto título (le tiraron papelitos en el auto y Julián Santero fue el campeón).
Su protagonismo no pasa desapercibido, por su habilidad conductiva resguardado por quienes lo acompañan entendiendo su esfuerzo y responsabilidad. Esto no quita que, si tiene que generar cambios, los determina y realiza (por estas horas se habla de cambio de motorista, por ejemplo).
Lleva adelante su pasión fierrera heredada de su siempre recordado hermano Gabriel, quien lo empezó a formar dentro de la estructura del Werner Competición y con el que Mariano logró el bicampeonato 2006/07 dentro de la Fórmula Renault Argentina.
En esos tiempos el piloto paranaense era dueño de una gran fe y ante cada carrera ganada daba una vuelta caminando al circuito en forma de agradecimiento. Fe que lo mostró días previos de la competencia del último fin de semana yendo a una iglesia para seguramente recibir la dosis de confianza espiritual necesaria para seguir encarando momentos bisagras de su carrera deportiva.
Un año complicado
No es 2025 una temporada fácil con su Ford Mustang. Sin embargo, pese a que en muchas competencias de este año el título fue “Werner tuvo un fin de semana complicado”, se pudo hacer de una victoria clave (1 de junio en el circuito Oscar Cabalén de Córdoba -mismo lugar de la tragedia que le costó la vida a su hermano- y terminar dentro de la Copa de Oro.
En Buenos Aires, este último fin de semana, mostró la faceta desconocida para muchos en los boxes actuales. No solo verificando las anomalías del auto, sino el mismo piloto tratando de arreglar cuestiones mecánicas con sus propias manos. La vieja escuela del TC traído a estos momentos.
Mariano es de sonrisa ancha en todo momento. Pero este fin de semana las imágenes en boxes lo devolvían en un personaje serio, tratando de surfear un momento difícil y con el agua llegando al cuello. Y como otras tantas veces salió adelante. No pudo defender la punta en el mítico escenario Oscar y Juan Gálvez, pero sí llegó en la quinta posición que lo mandó a la Copa de Oro para dar pelea por el campeonato 2025 de Turismo Carretera.
No hace falta salir campeón para demostrar su entereza deportiva en el tremendo circo del TC donde a veces parece que los sentimientos y el alma no tienen cuerpo. Sin embargo, Mariano asoma como el piloto que se cae, se levanta, se cura los raspones y vuelve a empezar. Porque aún no ha terminado el juego.